Quieren justificar lo injustificable
Los graves acontecimientos vividos el domingo en Donostia siguen generando controversia. Por un lado, el movimiento pro amnistía se manifestaba ayer ante los batzokis señalando al PNV como auténtico responsable de lo ocurrido. Por otro, el Departamento de Interior se pronunció ayer, por primera vez, y no para explicar la actuación de su policía en la batalla campal, sino para contrarrestar, a través de una nota y la divulgación de unas fotos en su página web, la demoledora imagen del joven al que un pelotazo de la Ertzaintza rompió el pómulo.
Llama la atención el hecho de que se hayan difundido estas fotos y se hayan ampliado las imputaciones después de que esta persona apareciera con la cara partida ante los medios de comunicación, sin olvidar además que el destino de las grabaciones que la Ertzaintza realiza en las movilizaciones no puede ser otro que su presentación, cuando se considere necesario, ante el juzgado correspondiente, sin que se justifique su exhibición pública. Pero es que además la Ertzaintza, en su nota informativa, no aclara cómo resultó herido este joven por una pelota de goma -tampoco muestra imágenes de ese hecho-, sino que centra sus esfuerzos en tratar de desprestigiar la denuncia realizada por el movimiento pro-amnistía de la forma en que la Ertzaintza actuó contra la manifestación, del pánico provocado ante la multitud reunida por la Bandera de La Concha, de las heridas provocadas al menos a diez manifestantes que requirieron ayuda sanitaria y de las detenciones practicadas.
No existe justificación alguna para prohibir una manifestación como la que se pretendía celebrar en solidaridad con los centenares de represaliados políticos, pero mucho menos la había para imponer esa prohibición por medio de una apabullante presencia policial y la ciega utilización de todo el material «antidisturbios» contra la multitud. El Departamento de Interior tiene suficientes herramientas legales para actuar, y está obligado a utilizarlas primando siempre la integridad y los derechos de las personas. Es evidente que la falta de prudencia y de mesura de Interior propició una batalla campal. El resto es tapar con propaganda un error político.