Viernes 7 de setiembre. Pleno del Ayuntamiento de Iruñea. Una de los temas a tratar recaba el interés de los medios de comunicación. Se trata de abordar el atentado de ETA contra el cuartel de la Guardia Civil de Durango. ANV ha anunciado que presentará una moción alternativa a la de condena del atentado. Pide también a NaBai que no se sume a la moción de UPN y PSN y que apueste por un proceso democrático para resolver el conflicto. Sin embargo, la coalición de Aralar, EA, PNV y Batzarre tiene otras intenciones y, quizás sin pretenderlo, nos obsequia con un strip-tease político a la altura del protagonizado por Josu Jon Imaz.

NaBai logró un consenso con los enemigos de la paz y de Euskal Herria. Consiguió seguramente el que era su principal objetivo, aunque para ello debiera firmar junto a los anteriores partidos marginar a ANV y dejar las puertas abiertas a una posible aplicación de la Ley de Partidos. Pero NaBai hizo algo más que eso. También, con su declaración, vació de contenido político el conflicto armado que vive Euskal Herria con los Estados español y francés y señaló a ETA como la culpable de que este pueblo no pueda vivir en libertad. Tras las palabras de NaBai vimos una legitimación de la vía policial contra el independentismo vasco. Entre otras barbaridades, prometieron su «colaboración con el Gobierno de la Nación», especialmente «con las fuerzas de seguridad del Estado». Estas palabras en boca del PNV no nos habrían extrañado, pero choca bastante ver que han sido apoyadas por EA, Batzarre y, más todavía, por concejales de Aralar. ¿En qué estaban pensando éstos cuando hablaron de la defensa del Estado de derecho?¿ De qué estado de derecho nos hablan? Seguramente se refieren al que día tras día utiliza la violencia en las cárceles contra los prisioneros políticos. Del que cuando detiene a ciudadanos vascos los incomunica y tortura. Del que en diferentes etapas de nuestra historia ha utilizado la guerra sucia contra este pueblo. Del que asesina cobardemente y ni siquiera tiene agallas para reconocerlo. Del que tiene una maquinaria judicial engrasada para condenar de por vida a la gente e ilegalizar al disidente. Del estado de derecho que permite prohibir una manifestación, machacar a quienes acuden a ella y encarcelar a uno de los participantes. De ese Estado, el español, que niega la palabra y la decisión a la ciudadanía vasca mediante una violencia estructural aplicada bajo el amparo de unos marcos políticos impuestos, como son la Constitución y el Amejoramiento del Fuero.

NaBai ha hecho un ejercicio de cipayismo político para contentar a las sucursales de PP y PSOE en Nafarroa y marcar a la oveja negra del rebaño. Y lo ha hecho donde el circo mediático daba oportunidad para ello, ya que en otros ayuntamientos los acuerdos alcanzados han sido muy diferentes. Y mientras se rasga las vestiduras a la hora de condenar un atentado, no dice nada sobre una violenta carga policial que ha herido a varios ciudadanos navarros y que ha sido amparada y planificada por dos de sus socios: EA y PNV.

Desde Askatasuna creemos que es hora ya de desenmascarar lo que supone verdaderamente el juego de las condenas. Mediante este tipo de mociones sólo tratan de poner sobre la picota a ANV y a todo aquel que no le baile el agua a UPN y PSN. Estamos hablando de que el hecho de no condenar un atentado es motivo suficiente para que se pida la ilegalización de una formación política que tiene más años que cualquiera de los que se sientan en esos ayuntamientos o en los tribunales de excepción. NaBai se tendría que replantear hasta qué punto puede coincidir con UPN y PSN. Aralar y Batzarre deberían también analizar quiénes son sus compañeros de viaje en NaBai. Si Batasuna no era digna de formar parte de la unión de los partidos progresistas y abertzales por su negativa a condenar la violencia de ETA, ¿qué tipo de compromisos se les exige a EA y PNV con los derechos humanos para poder participar en esta unidad de acción? Solamente porque aquí no hay libertad de expresión para decir lo que cada uno piensa sin temor a las represalias del Estado, porque ni siquiera se respeta el derecho de manifestación, NaBai debería tomar otro tipo de posturas. Pero también porque es necesario hacer una lectura global de lo que está ocurriendo en Euskal Herria. Más allá de la violencia de ETA, lo que ha quedado en evidencia ha sido la nula voluntad del PSOE y sus sucursales en la CAV y Nafarroa de llegar a ningún tipo de acuerdo que posibilitara siquiera un cambio político. Ni durante las negociaciones con Batasuna para lograr un acuerdo político ni en Nafarroa con NaBai para lograr una alternancia al Gobierno de UPN, partido que desde el primer momento ha saboteado ambos procesos. Los acontecimientos de los últimos días son una consecuencia evidente del fracaso del proceso.

Es hora ya de alimentar la ola en favor de un nuevo escenario político para este pueblo, en el que la territorialidad y el derecho a decidir sean los ejes centrales del debate, y no cuestiones estériles que no resuelven el verdadero problema que sufrimos en Euskal Herria. Y no de alimentar la esperpéntica y cruel esperanza de que el «Estado de derecho» y las vías policiales son el camino para la resolución del conflicto. Por ello, animamos a la ciudadanía a participar en la concentración que un grupo de personas ha organizado el viernes ante la sede NaBai en Iruñea.