Una veintena de réplicas vuelven a sembrar el caos en Sumatra
Sumatra volvió a vivir escenas de pánico y alertas por tsunami por la veintena de réplicas que siguieron al fuerte terremoto del miércoles. La ya caótica situación se complicó aún más con estos nuevos temblores que, en algunos casos, llegaron a alcanzar los 6,5 grados. Afortunadamente, no han causado ningún tsunami pero sí el derrumbe de numerosos edificios.
GARA|
Tras el intenso terremoto del miércoles, de 8,4 grados en la escala de Ritcher, una cadena de seísmos volvió a desatar el pánico en la costa occidental de la isla indonesia de Sumatra activando todas las alertas por tsunami, posteriormente, canceladas. Bengkulu, la ciudad más cercana al epicentro del seísmo de anteayer, intentaba recuperar la normalidad pese a a las decenas de réplicas.
El personal médico del Hospital Yunus tuvo que hacer frente a la falta de electricidad y a los escombros. La fachada del centro mostraba anchas grietas y, en su interior, casi todas las paredes estaban agrietadas, parte del techo se derrumbó y en los quirófanos se amontonaban los escombros. «Los enfermos y familiares salieron corriendo al creer que el hospital se iba a derrumbar. Durante la noche -de miércoles a jueves-, hemos evacuado a todos los pacientes», manifestó el doctor Yusuf Benas. Sin luz, trataban de atender a los 150 enfermos tumbados sobre camillas y colchones colocados en el suelo y bajo el toldo de la docena de tiendas de campaña montadas en el patio.
La mayoría de los ingresados ya lo estaban de antes. Tan sólo una veintena de personas tuvo que ser trasladada al centro médico debido a los temblores. Una de ellas es Pak Kabris; el techo de su casa se le vino literalmente encima. «Mi casa ha quedado completamente destruida, no queda nada. Tres miembros de mi familia están heridos y no sé dónde voy a vivir cuando salga de aquí», subrayó a Efe.
El director del hospital, Zaini Dahlan, afirmó que tienen controlada la situación, a pesar de las precarias condiciones. «Tan sólo dos pacientes han fallecido a causa de traumatismos provocados por el seísmo», explicó. Según las primeras estimaciones, 133 casas han quedado destruidas y cerca de 4.000 han sufrido daños de menor o mayor gravedad, al igual que 3 escuelas, 5 centros médicos, 12 mezquitas y 19 edifios de oficinas.
Además se han visto afectadas 13 carreteras, sobre todo, las que van hacia el norte, lo que impidió a los grupos de rescate alcanzar el distrito de Muko-Muko y evaluar así el grado de afección. El fuerte temblor del miércoles y los más de veinte que le siguieron no dañaron el aeropuerto de Bengkulu. A primera vista, los daños también fueron cuantiosos en Padagang.
Muchas personas decidieron pasar la noche del miércoles a la intemperie y en lugares elevados sobre el nivel del mar por miedo a ser tragados por olas gigantes, que no llegaron a producirse.