Una publicación británica de cuestiones militares asegura que ingenieros iraníes estarían entre las víctimas de una explosión en un sitio militar secreto sirio «utilizado para desarrollar armas químicas».

La explosión, que tuvo lugar el 26 de julio en Alepo, norte de Siria, fue reportada por la agencia siria Sana, que informó de 15 militares muertos después de que «productos muy explosivos estallaran por el fuerte calor».

La publicación británica se hace eco de presuntas fuentes militares sirias para asegurar que la explosión habría tenido su origen en pruebas para modificar misiles Scud C «para ajustarles una carga de gas mostaza».

Estas «revelaciones» coinciden con acusaciones a Corea del Norte de que habría suministrado ayuda a Siria para desarrollar armas nucleares. Y con las especulaciones sobre el objetivo del reciente raid aéreo israelí. Damasco se reservó el derecho a responder.

Paralelamente a la cuestión iraní, todo apunta a que la presión occidental contra Siria sube en igual proporción.

Casualmente, Israel informó ayer del inicio de importantes maniobras en los ocupados Altos del Golán, a cargo del regimiento de élite Givati.