Iruñea y Lakua no son ejemplos a seguir
En todas las campañas electorales las necesidades básicas de la ciudadanía se acaban convirtiendo en cebo para la pesca de votos. Las elecciones españolas serán en marzo, pero la campaña ha empezado ya, y todo apunta a que las políticas sociales van a ser uno de los grandes caballos de batalla, al menos para quienes ocupan la Moncloa. El PSOE ha lanzado una serie de propuestas en un ámbito, el de la vivienda, que es, sin duda alguna, el gran motivo de preocupación y la fuente de grandes problemas económicos y sociales de la mayoría de la población a la que se dirige. Un proyecto que tiene su trampa, ya que su medida estrella -la ayuda de 210 euros mensuales a los jóvenes para el alquiler de vivienda- ya se viene aplicando hace unos años. Pero es que, además, se trata de una medida cuanto menos discutible.
Lo cierto es que hasta ahora, bien por falta de voluntad bien por incapacidad, ninguna administración ha sido capaz de combatir con un mínimo de eficacia la grave situación que generan los altísimos precios de la vivienda y la imposibilidad de acceso para amplios sectores (jóvenes, mujeres, inmigrantes...). Los gobiernos de Iruñea y de Lakua se han apuntado al coro de críticas al Gobierno de Zapatero, pero tampoco ellos marcan precisamente un ejemplo a seguir en la tarea de garantizar el derecho básico a una vivienda digna.