El compromiso del Gobierno de Lakua para con el desarrollo sostenible de aquí a 2010, dentro de su II Programa Marco Ambiental de la CAV, incluye el objetivo de que el 40% del total de la distancia recorrida por los ciudadanos se haga a pie o en bici, meta poco ambiciosa, ya que en 2005 ese porcentaje era del 38%. Esta misma semana, la consejera de Transportes recordó, de manera gráfica, que de cada diez metros que recorre un residente en Araba, Bizkaia y Gipuzkoa para acudir al trabajo, seis los hace en coche privado.

Mañana se celebra el Día Sin Coches -cumple su quinto año a nivel europeo-, precedido durante estos días de la llamada Semana Europea de la Movilidad. Y los resultados no pintan nada bien para la saturada red viaria vasca. Los datos aportados esta semana por las responsables de Lakua en materia de Transportes y Medio Ambiente así lo corroboran. «Los hábitos no son todo lo sostenibles que nos gustaría», reconocieron. Entre 2003 y 2007 el uso del transporte público aumentó 0,7 puntos frente a los 4,0 del coche.

El de la movilidad sostenible es uno de los indicadores ambientales que Lakua vigila de manera anual. En su último informe, el de 2006, admitía que los únicos avances se han plasmado en lo que concierne al número de municipios que han aprobado ya sus propios planes, en total 62, frente a sólo los 3 que había en 2003.

Pero mientras los municipios se implican cada vez más en esta idea, quienes seguramente siguen sin aprobar el examen son las grandes administraciones. Prueba de ello es que las diputaciones prosiguen impulsando nuevas y grandes infraestructuras viarias.

Tranvías en proyecto

Las consejeras de Lakua que esta semana ofrecían esos pésimos datos sobre el uso del vehículo privado, apuntaron las medidas más notables que están tratando de desarrollar.

La implantación de una línea de tranvía en Gasteiz -ya en fase de ejecución-, las nuevas líneas del metro en Bilbo, la red ferroviaria en Donostialdea, con frecuencias más bajas, o la vertebración del territorio con la contestada «Y vasca» se configuran como sus ejes fundamentales. A estos proyectos se sumarán otros más puntuales como los tranvías previstos para la comarca de Debagoiena y el que unirá el campus universitario vizcaino con los núcleos urbanos de Leioa y Sestao.

En el primer caso, el proyecto se encuentra en periodo de resolución de las alegaciones al trazado. La obra cuenta con un presupuesto superior a los 110 millones de euros y el plazo previsto para su ejecución es de 36 meses. La fase primera del tramo Bergara-Aretxabaleta tiene una longitud total de 17.542 metros. El proyecto contempla 19 paradas a lo largo del recorrido: siete en Bergara, nueve en Arrasate y tres en Aretxabaleta. La mayor parte del trazado es a cielo descubierto, salvo 1.235 metros que discurrirán bajo túneles o falsos túneles.

Por lo que respecta al que enlazará con el campus de Leioa, se está trabajando en el proyecto constructivo, con un plazo de ejecución de 11 meses. La ejecución de la primera fase, de algo más de tres kilómetros, está previsto que se concluya en un plazo de 28 meses. Contempla nueve paradas: Estación de Metro, Boulevard de Udondo, dos en la Avenida Sabino Arana (a la altura de la plaza de los Arkupes y frente al Polideportivo Sakonetas), ayuntamiento, rotonda de Sarriena, Askartza y las dos últimas dentro del campus.

Estas unidades circularán con una frecuencia de entre 5 y 15 minutos, en función de la demanda. Así, se calcula que se podrán realizar en torno a 4.150.000 viajes al año.

¿Peajes urbanos?

A la consejera de Transportes de Lakua, Nuria López de Gereñu, se le cuestionó en una comparecencia por otras medidas más «drásticas», y en ese punto se citaron las medidas disuasorias como los peajes urbanos para acceder a las capitales. «Es una más de las posibilidades que se encuentran en estudio», dijo, pero prefirió optar por otras, quizá, menos impopulares.

Lo cierto es que fue uno de sus predecesores en el cargo, Alvaro Amann, quien ya en el año 2002, en pleno debate del Plan Director del Transporte Sostenible de la CAV, sugirió la idea de un peaje. «Hay que lograr que a los conductores les resulte incómodo usar el coche a diario», llegó a defender. Ayer, un portavoz del citado departamento respondió que «son medidas que se pueden analizar, pero su implantación es facultad de los ayuntamientos».

Hoy por hoy, Londres y Estocolmo son las dos referencias mundiales en esta política impositiva. En ambas han logrado reducir en un 20% la circulación de vehículos por sus centros urbanos. Aquí no parece que vaya a ser el caso, a pesar de que se advierte de que ciudades como Bilbo pueden llegar a colapsarse por su elevado tráfico.