De un tiempo a esta parte parece que funcionan dentro del mercado interior las comedias futboleras, a juzgar por el éxito de público obtenido por «Días de fútbol» y «El penalti más largo del mundo». A esta nueva modalidad en auge se apunta Álvaro Fernández Armero, quien definitivamente deja atrás el tipo de comedia juvenil con el que se dio a conocer a partir de «Todo es mentira». En «Salir pintando» se pasa a los problemas propios de los treintañeros, de acuerdo con su actual situación generacional. Retrata la treintena como una edad caracterizada por una serie de miedos, fruto de la toma progresiva de responsabilidades. Así, la profesión arbitral le sirve de símil para materializar esos temores, dado que los de negro suelen ser la diana de las iras acumuladas por el personal que llena los estadios, lo que les obliga en más de una ocasión a hacer mutis por el foro. De nuevo hay que destacar la presencia de ese pequeño gran secundario que es Javier Gutiérrez, cuya imagen es la de alguien que ha sido linier durante toda su vida. Además de asistir al colegiado protagonista le engaña con su mujer, justo antes de pitar un encuentro decisivo, un Valencia-Recreativo de Huelva que fue filmado la pasada temporada con un despliegue de medios asegurado por el patrocinio de Sony.