Cronenberg no lo tuvo fácil. Le tocó inaugurar con su último trabajo, «Eastern Promises», las 600 proyecciones previstas para esta 55 edición de Zinemaldia, y, aunque tras la proyección matutina para los medios y profesionales del medio no faltaron los aplausos, tampoco fueron de lo más efusivos.

La película protagonizada por Viggo Mortensen hizo removerse en su asiento a más de uno en alguna violenta y cruda escena de lucha, algo que por otra parte tampoco sorprende dado el historial de Cronenberg. Y esa fue una de las palabras más escuchadas en la rueda de prensa posterior a la proyección, el de la violencia. «Es una historia de gángsters y crímenes, y, por lo tanto, de violencia. Pero no como un placer o por sadismo, sino como forma de vida. He querido analizar la violencia de un modo natural, pero si la pregunta es por qué muestro una violencia tan extrema, la respuesta es que lo he hecho para que el espectador pueda ver el aspecto físico de la violencia. Es parte de la realidad. Hablo sobre la realidad de una muerte», aclaró, en este sentido, el director canadiense.

En realidad, el filme no sólo muestra violencia física, es más, «lo realmente importante es la violencia emocional, social. Lo cierto es que, en total, son cinco minutos de violencia extrema, pero es muy impactante, aunque si me comparo con Scorsese me quedo corto», opinó Cronemberg.

Crimen organizado ruso

«Eastern Promises» se desarrolla en la ciudad de Londres y muestra a una de más poderosas familias del crimen organizado de Rusia, a través de Nikolai (Viggo Mortensen).

El actor tampoco quiso quedarse con la violencia de la película, sino con la «sorprendente caridad y compasión que puede desarrollar una persona a pesar del entorno brutal que le rodee. Es mucho más de lo que se cuenta en un principio, como en todas las películas de David», añadió.

Tal y como aclaró el director, durante el trabajo, Nikolai va mostrando «otros aspectos. Aspectos que siempre han estado allí, pero que va mostrando poco a poco».

La película se estrenó en el Festival Internacional de Cine de Toronto y, según Mortensen, lo que más le gustó de la reacción de la gente entonces fue que, a pesar de la crudeza de la historia, la gente se riera, «tiene también un humor muy especial», señaló. Otro de los aspectos que destacó el protagonista fue el del Londres que se muestra en ella: «Se han hecho muchas películas como ésta, pero ninguna muestra un Londres como el que muestra David». Mortensen también habló sobre cómo preparó el papel de Nikolai: «No suelo seguir una serie de ideas abstractas. Espero a la reacción para actuar, tal y como lo pide el papel. En este tipo de historias de violencia parece que el personaje esté mintiendo al principio, pero Nikolai sabe lo que quiere, y lo logra», añadió.

Mortensen, candidato a llevarse a casa la Concha de Oro al mejor actor, aclaró, en este sentido, que el ganar o no este galardón «es cuestión de suerte. Ocurra o no seguiré pensando que esta película es buenísima», indicó bromista el protagonista de «Eastern Promises».