ZINEMALDIA
Una muestra en la Sala Kutxa Boulevard rinde homenaje al actor murciano Paco Rabal
GARA | DONOSTIA
Dentro del marco del Zinemaldia, Donostia ofrece mucho más que los actos y proyecciones propios del Festival. Una de estas actividades paralelas tuvo lugar ayer en la Sala Kutxa Boulevard (Boulevard, 1), donde se inauguró la exposición «Paco Rabal. El actor y el hombre».
La muestra permanecerá abierta hasta el 30 de setiembre y en ella se puede ver un quiosco multimedia con filmografía completa, sofas con voz del propio Paco Rabal, vitrinas con objetos personales y premios, un árbol del poeta y una pantalla para proyectar el documental de su hijo Benito Rabal.
«Paco Rabal. El actor y el hombre» trata de rendir homenaje a este actor que, con más de 200 películas a sus espaldas, es «imprescindible para la cinematografía española, un actor que supo suplir la falta de formación sin renunciar a sus orígenes humildes». A la inauguración asistieron tanto su viuda, Asunción Balaguer, como algunos de sus nietos.
Paco Rabal trabajó con directores de la talla de Michelangelo Antonioni, Damiano Damiani, Claude Chabrol, Jacques Rivette, Vittorio Cottafavi, Nelo Risi, Héctor Olivera, Arturo Ripstein, Glauber Rocha, William Friedkin, Leopoldo Torre Nilsson, Valerio Zurlini, Alain Tanner o Luchino Visconti, entre otros muchos con los que realizó una importante carrera internacional que comenzó en 1956 con el filme «La grande strada azzurra», de Gillo Pontecorvo.
Pero de todos los trabajos que realizó Rabal quizá sea el de «Los Santos Inocentes», de Mario Camus, el que más conmovió al público y con el fue premiado en Cannes por su papel como Azarías. Su «milana bonita» de aquella película dejó una huella inolvidable en los espectadores.