EEUU secuestra en Kurdistán Sur a un miembro de una delegación oficial iraní
EEUU arrestó ayer en Kurdistán Sur a un ciudadano iraní integrante de una delegación oficial de visita en Suleimaniya. Washington le acusa de «tráfico de explosivos». Teherán ya ha presentado una queja ante Bagdad por esta «violación de los acuerdos internacionales».
GARA |
Estados Unidos secuestró ayer en Suleimaniya, Kurdistán Sur, a un oficial iraní al que acusa de pertenecer a las Brigadas de Al Quds y de estar implicado en el «tráfico de artefactos explosivos y bombas» en Irak.
Policías iraquíes indicaron que la detención se produjo en un céntrico hotel de Suleimaniya, que amaneció cercado por soldados estadounidenses.
Tras conocer lo sucedido, el Ministerio de Asuntos Exteriores iraní presentó una queja ante Bagdad. Informó de que el arrestado, responsable de la sección de «intercambios transfronterizos» de la oficina del gobernador de la provincia de Kermanshah, formaba parte de una delegación oficial invitada por las autoridades de Suleimaniya. Denunció que esta actuación de las fuerzas estadounidenses es «una flagrante violación de los acuerdos internacionales que busca destruir las relaciones entre Irán e Irak».
Esta no es la primera vez que Estados Unidos secuestra a iraníes en Irak bajo la acusación de «espionaje» y de colaborar con las milicias chiíes.
El pasado 11 de enero, efectivos del Ejército estadounidense secuestraron a cinco iraníes en Arbil (Kurdistán Sur) alegando que formaban parte de una unidad de la Guardia Revolucionaria de Irán que «suministraba fondos, armas y entrenamiento a las milicias chiíes de Irak».
La propia secretaria de Estado, Condoleezza Rice, aseguró que el presidente George W. Bush autorizó las actuaciones contra objetivos iraníes en Irak.
Antecedentes
En febrero, el portavoz del Ministerio iraní de Asuntos Exteriores, Mohamad Ali Hoseini, acusó a la Administración Bush de estar implicada en el secuestro del segundo secretario de la embajada de su país en Irak. Explicó que el diplomático fue capturado en el centro de la capital iraquí por varios hombres vestidos con uniformes del 36 batallón de Comando del Ejército iraquí, grupo de élite que trabaja bajo la supervisión de las fuerzas estadounidenses.
El 28 de agosto, tropas de EEUU retuvieron durante varias horas en un hotel de Bagdad a un grupo de trabajadores del Ministerio de Energía iraquí.
La Administración Bush no es la única que ha puesto a Irán en el punto de mira. En la línea de lo declarado el domingo por el ministro de Asuntos Exteriores francés, Bernard Kouchner, que incluso empleó la palabra «guerra», ayer, el portavoz del Elíseo, David Martinon, volvió a pedir a los países de la Unión Europea que adopten «medidas adicionales» a las sanciones de la ONU. Se trataría, dijo, de «recomendaciones» a las empresas para que rechacen futuros contratos con Irán y para que las instituciones financieras reduzcan sus inversiones en el país árabe. En su habitual rueda de prensa semanal, Martinon consideró que no haría falta un «texto común» de la UE.
Kouchner matiza
Como ya dijo Nicolas Sarkozy en un discurso ante embajadores franceses, el portavoz del Elíseo insistió en que «es inaceptable un Irán dotado de armas nucleares» y abogó por «sanciones progresivas». Afirmó también que el presidente francés quiere «una solución política», rectificando de cierta manera las palabras de Kouchner, que levantaron una gran polvareda.
Precisamente, Kouchner visitó ayer la Cámara de Representantes estadounidense, donde se entrevistó con el presidente de la Comisión de Asuntos Exteriores, Tom Lantos. La Comisión aprobó una resolución en la que se aboga por penalizar a todas aquellas empresas, con sede en EEUU, que inviertan en Irán.
En los pasillos del Congreso y a preguntas de los periodistas, Kouchner matizó sus declaraciones sobre una eventual «guerra» con Irán. «Al contrario, queremos hablar e imponer la paz y la distensión en la región», dijo.
En una comparecencia en la Casa Blanca, Bush se inclinó por la vía diplomática aunque, al mismo tiempo, expresó sus «inquietudes sobre una confrontación militar».
El ex responsable de las inspecciones nucleares de la ONU, Hans Blix, emplazó a Washington y París a «moderar» su lenguaje con respecto a una intervención militar en Irán.
George W. Bush reiteró que EEUU «no tolerará un Irán nuclear». Abogó por la imposición de sanciones al tiempo que expresó sus «inquietudes sobre una confrontación armada».