La presión ejercida por la Guardia Civil contra los vecinos de Etxarri-Aranatz tras la cascada de prohibiciones y ocupaciones policiales registrada en agosto se prolongó ayer con un nuevo episodio. Koldo Barandalla fue detenido por efectivos de este cuerpo cuando acudía a su trabajo, en Ororbia. Se trata de una de las dos personas citadas judicialmente para el próximo 1 de octubre bajo acusaciones de «desórdenes públicos» y «lesiones» a un agente. Pese a que esta situación era bien conocida (sus vecinos la denunciaron públicamente anteayer en rueda de prensa), la Guardia Civil optó por detener ayer al joven, hermano del preso recientemente detenido Oihan Barandalla.

Al ser llevado a la Audiencia, se confirmó además que en el juzgado no había orden de detención alguna contra él. Koldo Barandalla, en cualquier caso, fue interrogado en torno a las acusaciones de la Guardia Civil, que negó. Y posteriormente quedó en libertad.

Pese a que la Delegación del Gobierno español en Nafarroa trató de argumentar que la detención se había producido en un control, en realidad Barandalla fue seguido por un Patrol cuando acudía a su trabajo, y varios agentes le abordaron al entrar. Ocurrió en torno a las 7.30.

«Ripa quiere castigarnos»

Mientras en Etxarri-Aranatz se llevaba a cabo una concentración de protesta, Askatasuna criticó con dureza la actuación de la Delegación del Gobierno y concluyó de ella que su titular «Vicente Ripa quiere castigar a este pueblo».

En principio, Barandalla no deberá declarar ya el día 1 de octubre, según precisó su abogada. En esa jornada sí está citado Juan Kruz Aldasoro. Los vecinos de la localidad de Sakana anuncian una concentración de apoyo y una dinámica de búsqueda de adhesiones que tendrá como colofón una manifestación el domingo 7 de octubre.