El presidente de BBK, Xabier Irala, reconoció que la crisis económica mundial debida al impago de los créditos de alto riesgo en Estados Unidos tendrá un «impacto débil» en el ámbito de la caja vizcaina. Aseguró que «esta crisis financiera es consecuencia directa de la globalización y de los instrumentos de innovación financiera», por lo que expresó que «pone de relieve la necesidad de un control más exhaustivo de los riesgos, habida cuenta de la extrema fragilidad de los mercados financieros aún en un contexto de sólida actividad económica».

Ante la asamblea ordinaria, celebrada en el Centro La Ola de Sondika, señaló que «BBK no es impermeable a las crisis financieras, pero los niveles de capitalización y saneamiento alcanzados nos ponen a salvo de impactos significativos».

A su juicio, el modelo de la caja vizcaina «nos sitúa en una posición privilegiada: no presentamos exposición a los activos de riesgo de crédito, porque hemos realizado una gestión más prudente del riesgo basada en el mayor peso de las operaciones hipotecarias minoristas y en una relación menos intensa con el sector de la promoción inmobiliaria y de la construcción, como lo evidencia el hecho de que el 70% del crédito haya sido destinado básicamente a la financiación de viviendas de particulares».

A esa decisión estratégica, se une, en este caso, que BBK «está confirmada como la entidad más solvente del sistema financiero español, muy por delante de bancos y cajas competidoras» y porque espera que el alza de los tipos de interés haya tocado techo, lo que evitaría una turbulencia entre quienes poseen créditos hipotecarios que, en cambio, están comprobando un encarecimiento de las cuotas.

BBK cerrará setiembre con un beneficio económico neto de 230 millones de euros, un 26% más, según adelantó el presidente de la entidad. «Evidentemente, la crisis financiera se dejará notar en estas cifras de setiembre, que están sin cerrar,. Es algo con lo que tenemos que contar, si bien podemos afirmar que nuestra entidad sigue creciendo a buen ritmo». Xabier Irala reconoció que «contamos con los buenos resultados del negocio de empresas para mitigar en buena medida la desaceleración hipotecaria que en términos generales estamos notando».

Por eso, tranquilizó a los presentes indicando que «los dividendos de la cartera de participaciones compensarán la presión sobre los márgenes de intermediación, que tendrán un crecimiento por encima del 20%, según las estimaciones».

Esa situación, por otro lado, le llevó a señalar que las entidades pequeñas en época de crisis sufren más, por lo que dijo que «la integración de las cajas vascas es inaplazable. En estos tiempos de incertidumbre debemos reforzar y consolidar la posición competitiva de las cajas».

Irala también se refirió a los problemas en la negociación colectiva, «que desgraciadamente ha estado bloqueada durante veinte meses». En este caso, aseguró que «la sombra de la fusión de las cajas vascas ha sido una incertidumbre y un condicionante que ha alargado el proceso negociador». El presidente de BBK aseguró que «es inaplazable el poner al día el convenio colectivo», pero añadió que «no hay razón por la que no podamos llevar a cabo en nuestra normativa cambios y apartados que, por otra parte, han sido pactados por algunos sindicatos con nuestros principales competidores».