La presencia de Ariel Sharon en la Explanada de las Mezquitas de Jerusalén fue el detonante de la segunda intifada el 28 de setiembre de 2000. Siete años después, el partido que formó Sharon es el eje del Gobierno israelí, mientras los palestinos tienen que hacer frente al Muro de segregación, al bloqueo total de Gaza y al parcial de Cisjordania y a unos líderes que acuden a la negociación con Israel para mantener sus privilegios.

El lehendakari propone un pacto con el Gobierno español para que «respete la voluntad de la sociedad vasca» y «se comprometa a incorporar este reconocimiento y su ejercicio en el ordenamiento jurídico». Algo como «el punto cero» acordado en julio de 2005 entre el Gobierno y ETA, pero para la CAV. Con o sin pacto, Ibarretxe anuncia una consulta para el 25 de octubre de 2008 que habilite un proceso de normalización.

«No estamos dispuestos a dejarnos arrastrar hacia el pasado». Ibarretxe inició con esta frase la exposición de sus objetivos. De hecho, el plan del lehendakari recoge el método usado en el último intento negociador y plantea trabajar a partir de los contenidos ya consensuados en el mismo. «El diálogo político no ha sido en vano -dijo-. Contamos con bases sólidas».

Se aguardaba con expectación el anuncio que Juan José Ibarretxe iba a hacer en la mañana de ayer, pero cuando éste llegó, los grupos parlamentarios no variaron el guión que se les suponía. Algunas, caso de los partidos que sostienen el Ejecutivo de Lakua y Aralar, aplaudieron la iniciativa del lehendakari, mientras que PP y PSE la descalificaron de plano. También hubo lugar para duros reproches entre los portavoces de estos dos grupos y el mandatario autonómico.

La izquierda abertzale no se fía del anuncio de Ibarretxe. Lo recalcó Nekane Erauskin desde la tribuna. Recordó que el PNV acaba de decir no al acuerdo político y preguntó «si debemos olvidarlo ahora, como si no hubiera pasado nada». Ezker Abertzalea fija posición: dirá sí a que se puedan materializar todos los proyectos, la autodeterminación y la articulación de los cuatro territorios; y dirá no a la reforma estatutaria, los objetivos fraudulentos y las exclusiones.