No puede decirse que las intervenciones de los portavoces de los grupos parlamentarios en respuesta al discurso del lehendakari fueran sorpresivas. Bien al contrario, cada uno se mantuvo en el guión previsto de antemano. Algunos aplaudieron la iniciativa expuesta por Juan José Ibarretxe, con más o menos matices dependiendo de la fuerza política que representaban. Otros zanjaron con una rotunda negativa cualquier discusión respecto al asunto principal de debate. Y todos volvieron a sus domicilios tan convencidos como habían llegado por la mañana a la sede de la calle Becerro de Bengoa.

«Les quiero decir que no cuenten con nosotros para promover la consulta autodeterminista que nos ha planteado esta mañana». Por si alguien albergaba alguna duda, Patxi López despejó la posición de su partido en una intervención en la que aprovechó para meter el dedo en el ojo del PNV al ensazar la figura su presidente en funciones, Josu Jon Imaz, algo que le reprochó Ibarretxe en su réplica. «Usted no llegará nunca al nivel político de Josu Jon» espetó el lehendakari al secretario general del PSE, después de que éste, tras echarle en cara su iniciativa, afirmara que «ahora entiendo por qué se ha ido Josu Jon». De hecho, López citó literalmente un extracto del escrito de Imaz titulado «No imponer, no impedir», y señaló que eran «palabras que suscribo al cien por cien».

El dirigente del PSE, tras criticar a Ibarretxe por querer que «volvamos a discutir sus obsesiones identitarias y autodeterministas», apuntó que «ahora lo que toca es combatir el terrorismo y deslegitimar las causas en las que dicen basar su recurso a la violencia, no darles alas».

Frente a la hoja de ruta expuesta por Ibarretxe, López dio a conocer la de su partido: «primero, y en ausencia de violencia, acuerdo amplio y transversal en Euskadi» comenzó, resaltando que ese acuerdo debería respetar lo que calificó de «pluralidad de ideas y diversidad de sentimientos e identidades». Una vez alcanzado ese acuerdo, el mismo debería ser refrendado «por amplia mayoría» por la Cámara de Gasteiz, el Congreso español y la sociedad vasca en referéndum. O, lo que es lo mismo, una reforma estatutaria pura y dura.

Juan José Ibarretxe acusó a María San Gil de lanzarle uno de los insultos más graves de su vida. Y lo cierto es que la presidenta del PP en la CAV destinó la media hora larga de su alocución a faltar a la mitad del hemiciclo, con dedicación especial, como no podía ser de otra forma en una jornada como ayer, al lehendakari.

De «desafío totalitario a la democracia española» calificó San Gil el anuncio hecho horas antes por el mandatario autonómico, para afirmar que su grupo también quería adquirir un compromiso. «Compromiso de seguir defendiendo, hoy con más fuerza que nunca, nuestra pertenencia a España», explicó.

Para la dirigente del PP, partido que estuvo prácticamente desaparecido en los turnos de réplica, es «absurdo» que «una vez más tengamos que estar hablando en esta tribunal del derecho a decidir», derecho que, como no podía ser de otra forma siendo la oradora quien era, rechazó por completo.

San Gil acusó a Ibarretxe de no querer «derrotar a ETA», ya que «teme que si eso sucede su proyecto independentista y su teoría del conflicto se desinflaría como un globo», e incluso llegó a valorar que si la organización armada no existiera «probablemente usted no sería lehendakari».

Joseba Egibar pidió al lehendakari que siguiera así. No es la primera vez que lo hace desde el estrado del Parlamento. Como portavoz del grupo mayor del tripartito y miembro del mismo partido que Ibarretxe, Joseba Egibar se dedicó a responder a las intervenciones de los grupos que le habían precedido en el turno de palabra.

Quizá como respuesta a la crítica lanzada desde la bancada de Ezker Abertzalea, el portavoz jeltzale sostuvo que desde el mediodía de ayer «todos los habitantes de la CAV, pero también los de Nafarroa, Lapurdi, Behe Nafarroa y Zuberoa, saben que hay una fecha en la que este pueblo va a tener la oportunidad de realizar un ejercicio que no ha hecho en su historia». Algo que, valoró, «no es broma».

Egibar achacó a PP y PSE de estar con la mirada fija en las próximas elecciones al Congreso español y de actuar en consecuencia, y respecto a la resolución del conflicto que vive este país señaló que «no habrá proceso mientras ETA mantenga cualquier tipo de tutela política sobre el mismo» y que «tampoco se va a resolver el conflicto si no se reconocen los derechos que le asisten a este pueblo de decidir su futuro».

A este respecto, manifestó que «el conflicto seguirá, con o sin ETA», y preguntó «¿por qué se quiere negar la realidad?».

De «importante» calificó el secretario general de EA la jornada de ayer, ya que «la atención política, las miradas de los vascos, están centradas en este Parlamento, en este debate, en la posibilidad de ser consultados en referéndum». Agregó, a renglón seguido, que «la sociedad quiere saber si ustedes van a respetar lo que en este pueblo decida la mayoría de una sociedad plural como es la nuestra».

Y es que Unai Ziarreta dedicó gran parte de su intervención al grupo liderado por Patxi López, al que, respondiéndo a su propia pregunta, achacó que «en el fondo ustedes no están dispuestos a aceptar sin reservas la decisión mayoritaria de los vascos, porque les da miedo que los vascos digamos algo que ustedes no quieren oir».

Haciendo uso de un concepto tan del gusto del PSE y tan utilizado por Josu Jon Imaz, apuntó también que «tienen ustedes mucho trabajo que hacer, pues de su actitud se desprende que la transversalidad sólo la defienden allí donde el sentimiento nacionalista español es minoría, como sucede en la CAV, porque luego, en otro territorio vasco, en Navarra donde los socialistas y el PP son mayoría, nos pasan el rodillo. Allí, por lo visto, ya no cabe la transversalidad».

Como no podía ser menos, también el portavoz de Ezker Batua apoyó la iniciativa anunciada por Ibarretxe en nombre del Gobierno tripartito de Lakua. «Nos parece un mecanismo adecuado» explicó, anunciando que su grupo trabajará porque el Gobierno español y Lakua lleguen a un acuerdo y ese pacto sea refrendado por la sociedad vasca. Opinó, asimismo, que «si nos encontráramos con una cerrazón del Gobierno central, es legítimo que la sociedad vasca sea consultada».

Tras recordar las evidentes diferencias existentes entre el Pleno de Política General del año pasado y el del presente ejercicio, Matute criticó el modo en que se desarrolló el proceso de negociación en la búsqueda de una solución al conflicto y, de cara al futuro, apeló a la «responsabilidad y sentido común» de todas las fuerzas políticas.

«En lo que respecta a la propuesta de normalización política queremos dejar un aspecto bien claro: en su día le pedimos que tomara la iniciativa en el ámbito de la normalización política, para avanzar de la mano de la igualdad de condiciones y la convivencia, y su propuesta nos satisface, porque ha marcado un recorrido concreto». Con estas palabras la representante de Aralar en el Parlamento de Gasteiz expresó la posición de su partido.

Aintzane Ezenarro explicó que Aralar entiende la consulta anunciada por Ibarretxe «como una fórmula para impulsar un nuevo acuerdo, no como un elemento para la confontación y mucho menos como un elemento de chantaje».

A pesar de ello, dijo echar en falta «mayor concreción en cómo se llevará a cabo la consulta» y a «quienes optéis por despreciar esa oportunidad», les reclamó que «aclaréis cuál es vuestra alternativa». También apuntó que «hemos sido los abertzales quienes más esfuerzos hemos hecho por llegar a acuerdos transversales».