¿Qué ofrece el reciente «Malamarismo», respecto al anterior «Alevosía»?

Sigue habiendo rap, sigue siendo la María y sigue siendo valiente; mi música. Desde el principio tenía una idea clara de lo que deseaba para este tercer disco. Quería que fuera un juego y que cada canción encajara con la siguiente como una obra entera compuesta de muchas piezas. En «Alevosía» hubo colaboraciones por un tubo. Todo el mundo quería estar en mi disco. Fue algo hecho entre todos. La gente aparecía por el estudio e íbamos haciendo canciones. En «Malamarismo» he hecho mis temas, he escrito mis letras y he grabado canciones en solitario. Después, han ido apareciendo voces en mi cabeza que me decían que tenía que llamar a uno u otro para los temas. Así es como ha ido naciendo toda la historia.

Colaboran en él Raimundo Amador, Mahoma, Tego Calderón y Julieta Venegas.

A Raimundo me lo imaginaba cantando como canta él cuando se pone bruto. Con Tego Calderón tenía pendiente hacer algo desde que lo conocí en 2004 y por fin hemos podido coincidir ahora. Con Mahoma fue uno de los últimos temas y no sabía si lo íbamos a poder terminar, ya que no encontrábamos el ritmo donde poder desarrollar la idea que teníamos. Al final nos pusimos con un coro que él tenía para hacer el «pedazo» y después yo busqué la reflexión para lo que hablaba. Es uno de los temas que más me gustan por toda la crudeza que tiene y el sentido del humor que hay. La canción de Julieta Venegas fue porque la conocía y podía ser algo diferente. Yo tenía una canción que era como es ella, dulce y melódica, y pensé que no quedaría nada mal y que me podría provocar cantar distinto. Las colaboraciones tenían que bailar en función de esta historia que yo tenía en mente, aportar lo suyo y hacerme sacar lo que de mí necesitara para cada canción. Todos se han metido en el «Malamarismo».

Cultura urbana en Bilbo. ¿Cómo ves el festival?

La música es para compartirla y disfrutarla y el hip hop tiene que representar a la gente, tocar en «algo» al público. Eso es lo mágico y lo que crea un vínculo tan fuerte.

Me gustaría muchísimo ver a Pete Rock en Bilbao, porque lo he escuchado cuando era pequeña y es como ver a uno de los grandes, con los que crecí. Sé que la gente se acercará al BUM con los brazos abiertos y sin prejuicio alguno.

A. B.