Las diputaciones alavesa y vizcaina han acordado con la Junta de Castilla y León un plan de gestión para coordinar los puntos de alimentación de aves carroñeras y evitar así que los buitres ataquen al ganado, especialmente al más débil.

En Araba se reabrirá el muladar de Valderejo mientras que en Bizkaia, la institución foral se inclina por ubicar uno nuevo en el parque natural de Armañón -concretamente en Sopeña- en vez de responder a las reclamaciones de ecologistas y ganaderos de volver a poner en marcha el de Ordunte, que funcionó durante 20 años. La Diputación vizcaina lo clausuró en el verano de 2006 y, fundamentándose en un estudio, rechazó recientemente su reapertura.

La apertura de los cuatro nuevos comederos se hará coordinada, al igual que el depósito de animales muertos para «eliminar las situaciones conflictivas con la ganadería, contemplando, no obstante, que esta aportación no suponga un incremento artificial de las colonias. Uno de los objetivos de la iniciativa -subrayaron sus promotores- es lograr un reparto equilibrado de las aves carroñeras por los territorios afectados»; en este caso, Araba, Bizkaia y Burgos.

Desde la Diputación vizcaina se ha venido defendiendo, ante la reiterada reivindicación ecologista y ciudadana de la apertura del comedero de Ordunte, que la mayoría de los buitres que se acercan principalmente a Karrantza lo hacen «del norte de Burgos», como lo resaltó su portavoz, Josu Madariaga, el pasado martes en rueda de prensa. Un informe previo del Departamento de Medio Ambiente de Lakua, que salió a la luz en mayo, sí recomendó reabrir la instalación de Karrantza, aunque no fue tenido en cuenta por el Departamento foral de Agricultura, en manos del PNV.