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Los «jóvenes de Putin» inician la campaña electoral en el entorno de la Plaza Roja

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Ursula HYZY |

Una marea de banderas rojas de la organización juvenil «antifascista» Nachi (Los nuestros) mezclada con banderines tricolores de la «Joven Guardia» llenó ayer la plaza de Manège, cerca de la Plaza Roja, en la primera gran manifestación de apoyo al presidente y cabeza de lista a las legislativas del 2 de diciembre, Vladimir Putin.

Sobre el escenario, una foto de Putin y un mapa de Rusia remarcada con el mensaje «todo marcha según el plan», en alusión al eslogan de campaña del partido en el poder, Rusia Unida: «El Plan de Putin es la victoria de Rusia».

Sobre la megafonía, en la que se intercalan canciones de rock y viejas baladas soviéticas resuenan, ensordecedoras, las palabras «presidente», «Putin» y «plan». Gritos a «¡Rusia, Rusia!» atronan sin cesar.

Serguei Korotkov, estudiante de electrónica de 20 años de edad, está vestido como todos los militantes y simpatizantes de Nachi reunidos: una camiseta de fútbol roja con la efigie de Vladimir Vladimirovich Putin marcada con una gran 1 y el nombre del jugador: V.V. Putin.

«Estoy preparado para todo lo que sea hacer de Rusia el líder del siglo XXI, dispuesto a defender mi país por todos los medios sobre la Plaza Roja si se le impone una dirección desde el exterior, como hicieron los naranja en Ucrania», asegura en referencia a la «revolución de colores» que aupó a las élites pro-occidentales al poder en Kiev a finales de 2004.

«Queremos evitar que se repitan los golpes de estado que han tenido lugar en Ucrania, Georgia y Kirguizistán y el que han intentado en Bielorrusia», coincide a su lado Kristina Semina, de 18 años de edad, estudiante en un instituto politécnico.

Ambiciones personales

Kristina, militante de Nachi desde 2006 que ha conseguido ascender a uno de los escalones más altos de la organización, no oculta que en su compromiso intervienen también ambiciones personales. «Para mí es una oportunidad para realizarme en la política o en los negocios. Ellos tienen excelentes programas de formación y yo podría ocupar en el futuro un puesto importante», asegura.

Timofei Zuev, estudiante de construcción aeronáutica de 21 años y procedente de Nijni Novgorod (400 kilómetros al este de Moscú), pequeñas gafas y semblante serio, se muestra satisfecho por «todo lo que hace Putin« y juzga lógico que se convierta en primer ministro.

«Lo más importante que ha hecho hasta la fecha ha sido conseguir que se vuelva a respetar a nuestro país en todo el mundo», estima por su parte Mijail, un joven moscovita de 25 años de edad.

No falta entre la multitud las cuadrillas de jóvenes llegadas simplemente «por la música y el ambiente». Y el precio por entrar, ponerse una camiseta pro-Putin, no les resulta caro.

Por megafonía, se escucha que las listas de Rusia Unida incluyen a «un 20%, de jóvenes, de científicos, de estudiantes». «Y sobre todo de cabrones...», asegura un joven encamisado.

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