Dady es la opción que cuenta con más posibilidades para sustituir al lesionado Pandiani, cuya microrrotura en el bíceps femoral derecho fue confirmada en la resonancia magnética que se le practicó ayer. El caboverdiano estrenaría así titularidad y lo haría, además, en El Sadar.

Podría servir como pista añadida el hecho de que Ziganda le concediera ayer el privilegio de vestir el peto verde que suele distinguir en los entrenamientos a los presumibles titulares. Al igual que el resto de sus compañeros, Dady se dedicó a practicar ejercicios de dominio de balón, jugadas con aproximaciones y remates, además de varios mini partidillos en espacios reducidos.

Como dato curioso, y habrá que esperar a comprobar si también significativa, el técnico rojillo entregó la simbólica prenda a Ion Etxaide, en detrimento de otros centrales, como Josetxo o Krutxaga. Además de ambos jugadores, también portaron peto los hermanos Flaño, Corrales, Puñal, Javi García, Juanfran, Plasil y Portillo.

El ex de Os Belenenses quiso ser precavido ante la posibilidad de que forme parte del once inicial «porque hay que entrenar hasta el sábado y hay otros jugadores, como Kike Sola». Caso de que finalmente sea titular, el delantero manifestó que le gustaría «hacer un buen partido el domingo, aportando lo máximo posible para ganarlo, porque se trata de un encuentro muy importante para nosotros».

Dady consideró que ya está alcanzando el nivel de forma ideal para contribuir con su trabajo al conjunto, de ahí que se encontrara «muy bien» en su debut en la Liga ante el Atlético y «contento» por haberse estrenado, aunque espera «jugar muchos más partidos».

Llegarán los goles

El internacional caboverdiano se mostró, asimismo, confiado de superar la sequía goleadora, sobre todo fuera de casa. «Es verdad que los delanteros vivimos de los goles, el Rifle ya tiene dos y pienso que el resto vamos a ir consiguiendo dianas poco a poco», explicó.

A la presión extra que los atacantes tienen sobre sus espaldas cuando no se transforman las ocasiones, Dady le añade la circunstancia de ser el fichaje más caro de la historia de Osasuna, por quien el club rojillo pagó 3,5 millones de euros al Os Belenenses. «Estoy convencido de que voy a compensar ese esfuerzo en el futuro, pero ahora sólo pienso en estar centrado de cara a trabajar para el equipo, que lo está necesitando», aseguró con tranquilidad.

El jugador reconoció que le afectaron «psicológicamente» todas las complicaciones que surgieron en torno a su fichaje, lo que, unido a que prácticamente no pudo entrenar en pretemporada por una lesión, le han impedido entrar antes en la dinámica del grupo.

Pero eso ya está superado, entre otras cosas porque «me han recibido muy bien, los compañeros son gente espectacular y la directiva tiene personas con mucha calidad. Ahora sólo falta corresponderles con mi trabajo, como sé hacerlo».

De momento se ha encontrado con un campeonato muy propicio para sus características, ya que el torneo portugués «es más duro, no hay tanto trato con el balón», junto a que es un jugador desconocido, lo que puede ser una ventaja «para que me dejen más espacios». «La forma como juega Osasuna es muy parecida a como lo hacía en Portugal, así que, excepto algún movimiento diferente, voy a aportar mucho», indicó.