La nota negativa del partido de ayer estuvo en el miedo a perder la ventaja adquirida que trasmitió la Real cuando se adelantó, a semejanza de lo que sucedió en el último triunfo contra el Elche. Un equipo que quiere estar arriba debe acostumbrarse a manejar mejor esas situaciones, tener el balón con más tranquilidad y aprovechar los riesgos que asume el rival para sentenciar. La ansiedad por ganar puede mucho, pero dentro de la línea de la recuperación de la confianza que lleva el equipo es importante que esa misma autoestima reluzca cuando más fácil es jugar, a favor de marcador. Además no hay motivos objetivos para tener ese miedo a ganar porque en todos los partidos de esta temporada en los que la Real se ha puesto por delante en el marcador nunca ha sido empatada y además las cuatro victorias que lleva el equipo han sido por la mínima en Eibar (0-1), Las Palmas (2-3) y ante Elche (2-1) y Albacete (1-0).