En «Diario de Navarra» están que fuman en pipa. No porque los dirigentes abertzales estén en la cárcel, sino porque han tardado demasiado en prenderlos.

Se quejaba así el editorialista: «el auto del juez Garzón ha mandado a la cárcel a los mismos dirigentes de Batasuna que comparecieron en público el día que entró en vigor la `tregua' de ETA y desde entonces hasta el jueves pasado han protagonizado reuniones, mítines y ruedas de prensa -con una suerte de vergonzosa legalidad mediática- sin que la Fiscalía moviera un dedo. Más bien, se negó a moverlo, con argumentos quebradizos a fuer de sutiles, que dijo Cervantes».

Y ahora llega el análisis de lo que alega Garzón para su curioso comportamiento: «El jueves, la Fiscalía, ante los informes policiales, solicitó prisión incondicional y el juez la ordenó. Garzón, atento a la opinión pública, explica en el auto que las actividades de Batasuna durante el `proceso' no podían ser consideradas actos delictivos, pero durante este año y especialmente desde junio -léase fin de la `tregua'- la voluntad de Batasuna `no es la de acabar con la violencia terrorista, sino la de coadyuvar' a que ETA logre sus fines. No puede decirse, pues, que carece de intencionalidad delictiva. Lo cual significa que la plana mayor de Batasuna -salvo alguna figura, ausente en Segura- ha entrado en prisión porque ETA rompió la `tregua'. El argumento del juez, aun correcto -ningún tribunal ha negado que Batasuna sea ETA-, pierde fuerza, si se piensa que la banda nunca estuvo en tregua total y verdadera. No mató hasta el 30-D, pero ha robado armas y explosivos, ha mantenido las oleadas de cartas de extorsión creciente, según volvió a denunciar ayer mismo el presidente de la CEN, y ha ejercido el terror como siempre, donde ha podido». O sea que todo tenía que haber sucedido antes.

Y para demostrarlo, el editorialista termina con una sentencia: «Los nacionalistas, y no sólo los vascos, han criticado el auto de Garzón, por político y aun como `aberración jurídica'. Aberración puede ser el estrabismo de los últimos tiempos». Si es que les va la marcha.