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En Euskal Herria las celebraciones se quedaron en los cuarteles

Policías, militares, representantes del Estado español y algunos escasos políticos locales celebraron la fiesta de la patrona de la Guardia Civil y el Día de la Hispanidad encerrados en los cuarteles. No hubo polémicas, ni más brillo que el de charoles y medallas.

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En Iruñea, apenas se asomaron a la ciudad, realizando un pequeño desfile a las puertas del acuartelamiento de la Guardia Civil, en la Avenida de Galicia de la capital navarra. Y en los dos actos convocados en otros herrialdes, no traspasaron las puertas de los cuarteles que la Guardia Civil ocupa en el barrio donostiarra de Intxaurrondo y en La Salve, en Bilbo. De esta forma, las celebraciones por la patrona de la Guardia Civil y el Día de la Hispanidad no salieron del grupo de los cargos policiales, institucionales y religiosos que acudieron a estas ceremonias donde, al contrario de lo escenificado por PP y PSOE en el Estado, sí hubo imagen de unidad.

Una unidad que también se dejó notar en los contenidos de los discursos que los delegados del Estado español en Iruñea y en Gasteiz, Vicente Ripa y Paulino Luesma, pronunciaron en los actos en los que participaron. Ambos centraron sus intervenciones en dos ejes comunes: ensalzar la labor de la Guardia Civil y denunciar a ETA.

«Un reto superlativo»

En el acto celebrado en Iruñea, Vicente Ripa describió como «un reto superlativo» la labor de la Guardia Civil «contra el terrorismo», y dirigiéndose a los jóvenes dijo que «la práctica o apoyo de la violencia, no es que sea reprobable éticamente», sino que «conduce antes o después ante un juez como paso previo a la cárcel».

Con anterioridad, el coronel Benito Salcedo, que se estrenaba en un acto público como responsable de la Guardia Civil en el herrialde, consideró que la «violencia callejera de inspiración terrorista» es la principal actividad del «entramado de la organización criminal ETA», por lo que aseguró que el trabajo de los 1.800 guardias civiles destinados en el territorio se va a dirigir «a neutralizar su acción, a defender a los ciudadanos de sus agresiones, a luchar contra todo tipo de violencia, a defender la libertad».

Desde el interior del cuartel de Intxaurrondo, el delegado del Gobierno español en la CAV, Paulino Luesma, en una jornada que, como remarcó ayer, es «la fiesta nacional de España», reclamó «la España que no excluye a nadie, la que nos une a todos por encima de nuestras di- ferencias». También, en el lugar que se ha convertido en icono de la labor que la Guardia Civil ha realizado para el Estado español en Euskal Herria, resaltó el papel del instituto armado asegurando que «ha jugado, juega y jugará un papel destacado en Gipuzkoa y el País Vasco».

Luesma quiso combatir toda tentación de desánimo, asegurando que «la razón no puede estar nunca detrás de quienes se creen llamados a salvar patrias destrozando pueblos».

«El verde p'a las vacas»

Mientras tanto, un grupo de jóvenes de EGI se concentró frente al cuartel de la Guardia Civil de La Salve, con una pancarta en la que se leía «El verde p'a las vacas». En su nombre, Kepa Urkizu explicó que pretendían reivindicar que «desde nuestra visión pacifista, abertzale e independentista, este país no necesita ni de estas fiestas de hispanidad ni de tanto cuerpo militar».

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