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Las horas extras acaban con 10.000 puestos fijos

Según los datos oficiales, en Araba, Bizkaia, Gipuzkoa y Nafarroa se realizan en la actualidad en torno a 3,6 millones de horas extraordinarias. La realidad indica que se cuadruplican, lo que ocurre es que se «camuflan» y los empresarios «utilizan otras fórmulas de flexibilidad».

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Juanjo BASTERRA |

La desregulación existente en el mercado laboral por medio de fórmulas de flexibilidad, la imposición por parte de las empresas de bolsines de horas de trabajo al año según se detecten necesidades de producción, la importante presencia de las empresas de trabajo temporal y la elevada rotación laboral bajo fórmulas de precariedad han dejado a las horas extraordinarias en un tercer plano de la actividad reivindicativa. Un cálculo de las mismas muestra que si no se realizasen se podrían generar en Euskal Herria unos 10.000 puestos fijos más al año.

Sin embargo, siguen siendo una importante baza de los empresarios para elevar la producción y hacer trabajar más a los trabajadores. En principio, la legislación permite realizar hasta 80 horas por año, pero en sectores como la Construcción y en la Industria se sobrepasan.

En Araba, Bizkaia, Gipuzkoa y Nafarroa se ha pasado de realizar a nivel oficial 4,5 millones de horas extraordinarias en 1991 a cerrar el año 2006 con 3,6 millones de horas extraordinarias. Todavía la realidad demuestra que ese dato hay que triplicarlo o cuadruplicarlo, porque los empresarios no declaran todas las que se realizan, porque debe cotizar más por las mismas.

Su eliminación es complicada porque todavía los trabajadores que tienen sueldos bajos las realizan para «poder llevar a casa un sueldo decente, aunque tengas que estar doblando el espinazo a lo largo de diez o doce horas diarias», según señaló un trabajador del sector industrial a este diario. Como mínimo, en Hego Euskal Herria, si se dejaran de realizar las horas extraordinarias, se podrían crear en estos momentos en torno a 10.000 puestos de trabajo fijos en las empresas vascas. Esa situación tendría, además, un efecto muy importante en la reducción del desempleo y, por otro lado, permitiría estabilizar a una parte elevada de la población ocupada actual, que realiza trabajos precarios.

En el Estado francés, el presidente Nicolas Sarkozy ha beneficiado a los empresarios con estas sobrejornadas, dado que no tendrán que cotizar por las mismas. De esa manera, el Estado francés ha dado un nuevo paso para terminar por la vía de hecho con la jornada laboral de 35 horas. Una reducción en el tiempo de trabajo permitiría, en general, eliminar la excesiva flexibilidad que existe en el mercado de trabajo.

En 1991, en Hego Euskal Herria se realizaron 4,53 millones de horas extras oficiales. En 1995, se sobrepasaron las 4,74 millones de horas extraordinarias y en 1998 se situaron en 4,36 millones. Según el Gobierno de Lakua, entre 1995 y 1998 se realizaban en torno a 28 millones de horas extraordinarias, aunque sólo una cuarta parte de las mismas, se declaraban. En ese período se inició el debate sobre el reparto del tiempo de trabajo, siendo consejero de Trabajo Ramón Jáuregui (PSE) y, posteriormente, Francisco Egea (PSE). Ambos calcularon que se podrían crear en torno a 18.000 puestos de trabajo fijos si se eliminaban las horas extraordinarias, por un lado, y se permitía ocupar empleos de 35 horas a la semana. Los empleados de la Administración pública lograron esa mejora, sin embargo en el sector privado la presión, incluso con una huelga en 1999, no fue suficiente ante la división sindical existente.

Los datos del Consejo de Relaciones Laborales muestran que los convenios apuestan en un 40% por la reducción de la jornada de trabajo, pero la misma va a un ritmo muy bajo.

Según esos datos, en el último trienio, en 2004 se redujeron de media seis horas al año; en 2005, cinco horas; y en 2006, 2,9 horas al año de media. La jornada laboral en la CAV en 2006 se encontraba en 1.715 horas en los convenios sectoriales y 1.680 en los de empresa.

La elevada productividad permite la reducción de la jornada laboral

Los expertos en esta materia laboral reconocen que en la actualidad en Hego Euskal Herria los niveles de productividad son elevados. Ese elemento permitiría avanzar hacia recortes de la jornada de trabajo a fin de repartir el empleo existente y, sobre todo, dar estabilidad a la elevada temporalidad que existe en el mercado laboral. El Consejo de Relaciones Laborales reconoce que la productividad laboral por persona empleada en el ámbito de la CAV se encuentra por encima de Finlandia, de Alemania, de Dinamarca, de la República Checa, del Estado español y se encuentra en niveles similares en productividad por trabajador con el Estado francés.

Estos argumentos, sin embargo, no hacen que los empresarios varíen el rumbo, que siguen sin aceptar las reducción de la jornada de trabajo. Las centrales sindicales consideran que la jornada de 35 horas y la eliminación de las horas extras son dos reivindicaciones consustanciales con la clase trabajadora. Sin embargo, existen importantes diferencias, porque si bien ELA y LAB mantienen esa reivindicación en sus demandas, CCOO y UGT apelan a la mismas, pero en la práctica su actuación no es tan clara. Toni Ferrer, responsable de UGT, apostó hace unos días por las 35 horas y la reducción de las horas extraordinarias.

J. BASTERRA

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