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El 2-1 llegó en el descuento en falta inexistente

Las jugadas de estrategia deciden en Los Pajaritos

En un partido muy disputado, el Numancia hizo valer su gran calidad en el lanzamiento de las acciones a balón parado que originaron los tres goles.

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C.D.D NUMANCIA 2

REAL SOCIEDAD 1

Joseba ITURRIA | SORIA

El Numancia dio una lección a la Real de la clave para ganar partidos en Segunda. No hacía falta ser adivino para prever que un duelo como el de ayer, como muchos en esta categoría, se iba a decidir en las jugadas de estrategia, y con tener a dos buenos lanzadores como Julio Álvarez y Juan Carlos Moreno -tal como temíamos ayer en la previa- le bastó para decidir y derrotar a un equipo con más calidad y con un presupuesto cinco veces mayor, al que aventaja en los seis puntos que ahora separan a la Real de la zona de ascenso.

Este no es un dato preocupante porque queda mucho y la Real sigue en una buena línea, pero debe aprender que de nada vale ser mejor que el rival si se le permite que un partido se decida en el arte que mejor domina. El Numancia no sólo marcó dos goles a balón parado, Carmelo tuvo en el segundo tiempo otra opción clara para marcar en otra falta y eso no puede ser.

La Real debe defender mejor esas jugadas y conceder menos. Hubo cantidad de acciones ayer en las que el equipo estaba bien colocado y el rival estaba de espaldas y no tenía ninguna salida clara y los blanquiazules le hacían falta y daban al Numancia una clara opción. Es cierto que no fue falta la del 2-1, pero hubo alguna otra y quizás un penalti que pudo pitarse en contra. Y en Segunda es difícil que un rival le meta gol a la Real en jugada si está bien colocada porque no hay mucha calidad y por eso no se pueden dar opciones a balón parado y menos a uno de los equipos que mejor las domina.

La derrota de ayer fue cruel porque llegó en el tiempo añadido y en una falta inexistente y ante un rival directo porque el Numancia parece llamado a estar arriba por tener un presidente, un entrenador y unos jugadores que saben lo que deben hacer y sacan el máximo partido a lo que tienen. Pero al mismo tiempo fue una pena porque la afición volvió a ser un ejemplo en todos los aspectos y cada vez que hay desplazamiento masivo su equipo pierde.

No mereció perder, porque el empate del minuto 91 era el fiel reflejo de lo que fue un partido muy táctico, igualado y disputado, pero hay que aprender de la importancia de la defensa y del lanzamiento de las acciones a balón parado. Porque un partido como el de ayer, de mucha disputa en el centro del campo y sin ocasiones en jugada, estaba llamado a decidirse a balón parado y además de conceder demasiadas y defenderlas mal, se sacaron lastimosamente la mayoría de las que dispuso la Real. Porque se empató en una lanzada discretamente por Xabi Prieto y se pudo marcar en otra rematada por Víctor López, pero el resto fueron mal botadas y este equipo necesita definir quién debe lanzar las faltas -no parece que Gari sea el más adecuado- y que el elegido las tire con muchísima más conciencia de la importancia que tienen.

Buenos arranques

Parece exagerado dedicar media crónica a las jugadas a balón parado, pero ayer fueron decisivas y lo son siempre en Segunda. En juego la Real estuvo bien, aunque no creó ocasiones ante un rival que siempre está bien colocado, y arrancó mejor en los dos tiempos hasta que un buen entrenador como Arkonada corrigió la situación en ambos casos para nivelar al partido.

Los primeros minutos se jugaron en el campo del Numancia con un Aranburu que era dueño de la parcela central y se contabilizaron hasta cinco llegadas al área defendida por Jacobo en los primeros cinco minutos. Las más claras fueron dos remates de Gari y Díaz de Zerio y además los blanquiazules dispusieron de dos faltas y un corner que, como es tristemente habitual, no llegaron a ser rematados.

Arkonada intercambió las posiciones de Julio Álvarez y Moreno para corregir los desajustes iniciales y el Numancia empezó a sacudirse el dominio rival y en su primer disparo Brit obligó a Riesgo a realizar una gran parada para despejar un balón que buscaba su escuadra. Este primer corner bastó a un buen lanzador como Moreno para encontrar a Nagore libre de marca y el navarro remató a placer.

A partir de ahí el partido entró en una fase de muchas disputas y en ese escenario sólo hay ocasiones a balón parado. El Numancia acertó con la suya y Víctor López remató fuera en la recta final del primer tiempo.

En el segundo, Coleman introdujo una variante táctica en la que destacó la actitud de Xabi Prieto en la media punta, más que por su acierto por su decisión a la hora de ser la referencia del juego ofensivo. Además con buen trabajo defensivo.

Con ese cambio, aunque el Numancia pudo adelantarse en el minuto 51 en un claro remate de Bolo, la Real recuperó el mando del partido, dominaba el centro del campo y obligaba a Arkonada a retirar a un delantero y colocar a un pivote justo antes del empate. El cambio devolvió la igualdad a la lucha por el centro del campo y el partido parecía condenado a acabar en un empate hasta que Quero engañó al árbitro y Julio Álvarez envió un balón envenenado que Carmelo, que había fallado antes en otra falta clara rematada mal con todo a su favor, envió el balón a la red cuando no había tiempo para reaccionar.

Coleman, disgustado por recibir dos goles a balón parado y por no seguir igual tras el 1-1

Coleman se mostró disgustado «por recibir dos goles a balón parado y por no saber mantener el juego del segundo tiempo que realizamos antes del 1-1 tras el empate. No hemos seguido jugando igual. En el descanso cambiamos el esquema y los primeros quince minutos estuvimos bien jugando el balón. Tras el 1-1 no pensaba mantener el resultado, se decía que hemos jugado con equipos inferiores y que el Numancia es un buen equipo que estaba arriba, pero no habíamos venido a por un empate sino a por tres puntos».

Preguntado por la jugada del 2-1 dijo que «no ha sido falta. Se ha podido ver perfectamente. Luego hay decisiones a favor y en contra, pero en este caso nos ha tocado en ese último minuto tener esa falta en contra que no ha sido».

Pedía que no cunda el pesimismo por la derrota: «Cada partido tiene su dificultad, llevamos sólo ocho y si ganamos parece que vamos a subir y si perdemos es un desastre y ni una cosa ni la otra. Lo que me preocupa es recibir dos goles a balón parado y no seguir igual tras el empate».

Gonzalo Arkonada se mostró «muy contento tras un partido complicado ante un buen rival. Los dos hemos ido a por la victoria y ésta nos ha sonreído. Me sorprendió que el partido haya sido muy intenso, de mucha disputa, con un fútbol que para el espectador no es tan brillante. Durante muchos momentos estuvimos incómodos y nos costó tener el balón ante una Real que me ha gustado. Incluso en ritmo e intensidad pensaba que estaba un punto más abajo. Es un gran equipo y van a estar aspirando al ascenso».

J. ITURRIA

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