«Contamos historias trágicas y sombrías de romances imposibles»
componente del grupo lantz
Son nuevos en escena, pero músicos de larga carrera. Sus nombres se han escrito al lado de bandas como Sorotan Bele, Ganbara, Alaitz eta Maider, Euritan Blai, Alboka... Ocho componentes repartidos por diversas poblaciones, pero todos con un objetivo común: ofrecer un espectáculo de folk contemporáneo donde las voces tuviesen un papel destacado.
Pablo CABEZA | BILBO
Lantz podría ser considerado como un supergrupo, en especial si atendemos al concepto acuñado a finales de los sesenta. No obstante, en Euskal Herria las cosas son más sencillas, por lo que Lantz pasa por ser una banda integrada por músicos experimentados. Con todo, conocer el fondo de cada uno de los integrantes ayudará a situar y valorar el potencial del proyecto.
A Mikel Errazkin siempre se le recordará por ser uno de los integrantes de Sorotan Bele, banda que inició su recorrido en 1992. El grupo obtuvo un notable éxito popular, dejando tres discos y un vídeo en directo. En 1994, inició su andadura en solitario aún en paralelo con Sorotan Bele. Hasta que tres años después el grupo se despidió. Como Mikelerrazkin o como Mikelerrazkin & HF ha editado cinco discos. En 1995, siempre buscando la independencia, creó Hirusta Records, un sello discográfico que cuenta en la actualidad con más de treinta referencias y otras tantas producciones grabadas en el estudio del sello. Mikel trabaja asimismo como productor, arreglista y técnico de sonido. En estas fechas, prepara con tranquilidad material para un nuevo disco.
En Lantz comparten escenario cuatro chicas. Garbiñe Insausti se dio a conocer en la música con un disco que se editó en 2006, «Ibilian» (Hirusta Records). Eran sus primeros pasos en la música. Es de Hernani, aunque reside en Madrid por su profesión de actriz. Olatz Prat es de Azpeitia, actualmente es también la cantante del grupo de rock Karelean, ganadores del último Euskadi Gaztea. Próximamente grabarán su primer trabajo, que se publicará a primeros de 2008 con la discográfica Gaztelupeko Hotsak. Anteriormente cantaba jazz en el dúo Zuri & Beltz. Por su parte, Oihana Lekuona es de Irun, reside en Hendaia y es una de las dos cantantes del proyecto Mikelerrazkin & HF.
Tras el impacto popular de la disolución de Alaitz eta Maider, Alaitz Telletxea comenzó a tocar con Patxi Perez ta Konpainia, un dantzari que va enseñando a bailar danzas tradicionales en las fiestas con un excelente sentido didáctico. En la actualidad sigue con Patxi y paralelamente está integrada en Lantz. Alaitz es la presidenta de Trikitixa Elkartea y continúa dando clases de trikitixa. Vive en Lazkao.
Xabi Lopez es el guitarra acústico. Es de Hondarribia y reside en la misma localidad. Sus comienzos musicales fueron como guitarrista del ya desaparecido grupo de rock Beti Mugan. Después coincidió con Mikel en un proyecto infantil que tenía con su hermana llamado Kanta Ttikiak, del que ya se han publicado tres entregas. Hirusta editará en breve el cuarto volumen. Desde el primer disco de Kanta Ttikiak fue habitual colaborador de todos los proyectos de Mikel. Ahora toca con Mikelerrazkin & HF y con Garbiñe.
Juan Ezeiza es de Donostia. Es experto en violín, alboka, txirula... Miembro del grupo Xarnege (música de los pueblos sharnègos) y parte de la historia de Ganbara y Euritan Blai. Ha sido músico con solistas como Gorka Knörr y Aitor Amezaga.
Josean Martin Zarko fue uno de los líderes de los recordados Ganbara (1985-1992/93) y parte también de Alboka, con quienes grabó los dos primeros discos. Después de la ruptura montó Euritan Blai con Juan Ezeiza. Tras el final del proyecto y contando asimismo con Juan, en 2003 surge Xarnege, quienes cuentan con un dinámico álbum que les ha permitido ser habituales en un buen número de fiestas populares y festivales. En la actualidad preparan su segundo disco. Josean nació en Hernani, pero reside en Oiartzun desde hace varios años.
¿Con tanta gente y tan dispar, cómo cuadraron todas las esquinas?
Cierto día Josean me llamó para quedar en el estudio y plantearme una idea que tenía. Quería algo diferente a los grupos de folk más tradicionales y, sobre todo, deseaba contar con un grupo de vocalista. A partir de ese momento se lo explicamos a Xabi y comenzamos a dar pasos sobre esa idea global. Primero compusimos unas cuantas canciones y después fuimos poco a poco implicando a diversos músicos. La parte instrumental la teníamos clara: Juan con el violín y Alaitz con la triki. Para las voces dimos más vueltas hasta encontrar a estas tres cracks. Teníamos dudas de si cuatro o tres voces. Primero contamos con Garbiñe, después se incorporó Olatz y para completar las armonías llegó Oihana. Todo se produjo pausadamente.
Dispuesto el lado humano, ¿cómo se llega al de las ideas?
A grandes rasgos, Josean se encargaba de la recopilación de temas tradicionales, a la vez que dibujar la línea de enfoque. Por mi parte aplicaría los arreglos y la producción. No obstante, al concluir los arreglos, cada músico debía aportar su personalidad a la canción. Y ese fue el eje de «Igaran gaiak».
¿Qué parte de nuestra historia musical les sirve como referencia para el qué hacer? ¿También hay referencias a sonidos internacionales?
Cada uno tiene sus influencias: unos más folkies otros más rock, pop o jazz. Pero hay unos referentes que siempre hemos tenido claros para Lantz. Las armonías de voz hemos querido que suenen como los grupos folkies nórdicos. Un buen ejemplo de ello son las chicas del grupo Lais. Y en la parte instrumental siempre ha sido un referente gente como Donal Lunni.
.¿De qué hablan en los textos?
Contamos historias trágicas y sombrías de romances y amores imposibles. Canciones de amor extrañas como «Maitia bilhoa holli» o «Basoilarrak» golpean los sentidos y la cabeza del oyente. Llevan arreglos polifónicos e instrumentales originales, lo que ahora se denomina música folk contemporánea.
Fecha: Sábado 20.
Lugar: Plaza San Pedro de Galdames.
Hora: 21.30 h., dentro del festival Galdames Folk.
Precio: Gratis
«Las armonías de voz hemos querido que suenen como los grupos folkies nórdicos. Un buen ejemplo de ello son las chicas del grupo Lais»
«Las canciones llevan arreglos polifónicos e instrumentales originales, lo que ahora se denomina folk contemporáneo»
¿Qué planteamiento tienen en escena, cómo nos divierten?
A pesar de ser nueve en directo, se puede decir que parte del protagonismo lo tienen las cantantes. Al directo es complicado llevar toda las programaciones con la música y las tres armonías de voz, pero creo que el resultado es muy bueno.
¿Y con tal número de componentes, cómo se viven los ensayos, son necesarios según el formato clásico?
No somos un grupo al uso como otro cualquiera, que ensaya casi todos los días y casi todas las semanas. Este formato es complicado para nosotros, pues vivimos en lugares diversos y cada uno tiene proyectos paralelos. Así que nos reunimos para ensayar si llevamos tiempo sin tocar en directo. Somos ocho, pero en directo se nos une al bajo Mikel Artieda, así que aún más follón. De todas formas, somos músicos con tablas, por lo que tampoco necesitamos muchos ensayos.
¿Al margen de las canciones del álbum, cuentan ustedes con versiones, añaden alegría a los directos...?
Tocamos todas las canciones del disco y además un tema de Ganbara y varios míos. Las presentaciones de las canciones las hacen Garbiñe, Oihana y Olatz, y tratan de que las explicaciones sean amenas. En ocasiones, se narra de dónde provienen, cuál es su razón de ser. Creo sinceramente que el repertorio es ameno. Hay canciones con mucha fuerza, otras más relajadas, románticas.
«Igaran gaiak» ha contado con la colaboración de la arpista escocesa Phamie Gow y se presenta como «el eslabón perdido entre la Edad Media, el siglo XXI y las músicas y canciones de nuestro entorno, con una fuerte identidad pirenaica».