Las relaciones entre Estados Unidos y China no atraviesan su mejor momento después de que el presidente estadounidense, George W. Bush, se entrevistara y entregara la Medalla de Oro del Congreso de su país -la distinción civil más alta- al Dalai Lama. Beijing consideró una injerencia en sus asuntos internos este reconocimiento al líder tibetano y pidió a EEUU que «corrija su error», mientras que Bush afirmó no cree que este hecho «vaya a perjudicar seriamente las relaciones» entre ambos países.

«China está muy ofendida y se opone resueltamente a esto (la concesión del galardón) y ha protestado formalmente ante EEUU. Exigimos a la parte estadounidense que corrija su error y no intervenga más, por ninguna vía, en los asuntos internos chinos», afirmó el portavoz del Ministerio de Exteriores, Liu Jianchao.

Liu señaló que las palabras del Dalai Lama de las últimas décadas demuestran que es «un refugiado político que participa en actividades secesionistas bajo la guisa de la religión» y añadió que cualquier intento de irrumpir en la política china utilizando al Dalai Lama (quien reclama una autonomía real, aunque no ya la independencia para Tibet) está condenado al fracaso.

La ceremonia de entrega de la Medalla de Oro al Dalai Lama, que tuvo lugar en el Capitolio de Washington, sede del Congreso, estuvo presidida por Bush, quien fue el encargado de dársela al líder tibetano en presencia de la presidenta de la Cámara, Nancy Pelosi. En su discurso, ésta pronunció palabras de reconocimiento para el Dalai Lama y para el pueblo tibetano.

La víspera , a pesar de as advertencias de China, el presidente estadounidense y el Dalai Lama mantuvieron un encuentro. «Siempre pasa esto», comentó el líder exiliado de los budistas de Tibet, entre risas.

La Casa Blanca defendió la realización del encuentro en la residencia presidencial y desestimó las advertencias de China de que tanto esa reunión como el acto de reconocimiento de ayer podrían dañar las relaciones entre Washington y Beijing.

Bush, por su parte, urgió ayer al Gobierno chino a que acepte una visita a China del Dalai Lama tras considerar que el líder tibetano es «un hombre de paz y reconciliación».