El Arrate sumó su tercera victoria consecutiva, pero a diferencia de las anteriores tuvo que esforzarse hasta el final por la contumaz oposición de un Algeciras que nunca se dio por vencido. A excepción del 2-0, los primeros minutos discurrieron con ventajas mínimas, entre errores de bulto en el lanzamiento.

El encuentro se empezó a romper a partir del minuto 12, cuando de la mano de Jurkiewicz el Arrate se adjudicó un parcial de 5-0 y se fue hasta el 12-7, circunstancia que coincidió con la eficacia defensiva y las intervenciones geniales de Malumbres, que llegó al descanso con un 45% de acierto.

La exclusión de Jurkiewicz la aprovechó el Algeciras para descontar tres goles (12-9) y meterse de nuevo. La muralla defensiva de los gaditanos no lograba frenar las acometidas de la primera línea guipuzcoana y su entrenador, Ricard Franch, optó por quitar centímetros para apostar por una mayor profundidad a la hora de contener.

La medida no le dio resultado antes del descanso, pero el Algeciras, aún privado de Djukic y Nenadic, regresó a la cancha dispuesto a vender cara la derrota y a base de apretar en defensa y de trabajar en ataque de la mano de Navodeza, se fue acercando en el marcador, hasta situarse a sólo un gol del Arrate en el minuto 54 (24-23), tras anotar Valero Rivera.

Kobine apareció entonces de forma providencial para los de Eibar y, aunque la exclusión de Jurkiewicz a menos de tres minutos para el final y con 27-24 en el marcador, alimentó las esperanzas para el visitante, la enésima intervención de Malumbres, al detener un penalti a Valero Rivera, terminó por asegurar el triunfo local.