No es nada fácil cambiar un destino marcado
«First Snow»
Después de convertirse en un actor de culto dentro del cine negro más intelectual con «Memento», Guy Pearce vuelve a la introspección sicológica en otro «thriller» filosófico que ha cosechado excelentes críticas en los festivales internacionales de cine. El actor australiano es dirigido en «First Snow» por el debutante Mark Fergus, cotizado como guionista a raíz de colaborar con Alfonso Cuarón en «Hijos de los hombres».
Mikel INSAUSTI | DONOSTIA
Hay un moderno cine negro que no avanza por el camino de la acción, sino por el de la indagación filosófica, planteando una serie de interrogantes trascendentales. Es un tipo de thriller autorreflexivo en el que nadie investiga un crimen, porque el suspense es puramente mental y atañe a un protagonista con problemas de identidad que debe ahondar en su pasado para encontrar las claves de su destino. Para interpretar a un tipo así nadie mejor que el actor australiano Guy Pearce, quien en «Memento», de Christopher Nolan, encarnó a un personaje con amnesia que debía reconstruir su propia historia en sentido inverso, desde el final al principio. De nuevo se ve en una encrucijada similar, ya que en «First Snow» conoce por anticipado cuál va a ser el desenlace de su vida en este mundo, por lo que intenta por todos los medios alterar esa fatal predicción enfrentándose a quienes se cruzaron con él en tiempos pretéritos y podrían influir negativamente en su incierto presente y en el oscuro panorama que le aguarda.
«First Snow» se ha presentado con éxito de crítica en los festivales de Miami y Sitges, en los que el debut en la realización del guionista Mark Fergus ha sido muy bien recibido.
Vuelve a colaborar en la escritura del guión con Hawk Ostby, junto al que había adaptado la novela de ciencia-ficción «Hijos de los hombres» para el mexicano Alfonso Cuarón, creando de nuevo una tensión interna entre lo real y lo sicológico en medio de una atmósfera extraña e inquietante.
Guy Pearce es un vendedor con mucha labia, siempre lleno de ideas empresariales prometedoras. Su último proyecto consiste en restaurar las antiguas máquinas automáticas de discos juke-box y adaptarlas a los nuevos soportes sonoros, distribuyéndolas por los bares que ya no disponen de música. Su buena racha parece frenarse de golpe cuando su coche se avería en un pueblo perdido, por lo que debe esperar a la reparación. Para matar el tiempo acude a un viejo vidente local, que le hace un par de predicciones sencillas pero deja en el aire un asunto más grave susceptible de una mayor concentración. Como quiera que las dos adivinaciones se cumplen, no duda en volver para saber sobre el misterio que quedó pendiente. Deberá sacarle el vaticino a punta de pistola: «Su vida se apagará con la caída de las primeras nevadas».
La proximidad de la muerte le hace volverse paranoico, por lo que empieza a evitar cada una de las causas que podrían precipitar su hipotético fallecimiento. No le queda otro remedio que examinar sus relaciones personales, dando con los nombres de aquellos a los que ha traicionado o engañado y que, en consecuencia, tendrían algún motivo para vengarse. Ante semejante tesitura comprende la enorme dificultad que entraña desandar lo andado, así como la imposibilidad de rectificar contrarreloj los errores cometidos a lo largo de la existencia. Creía que podría controlar su destino, pero empieza a sospechar que en el fondo nunca ha sido así, sintiéndose cada vez menos dueño de sus actos.
Dirección: Mark Fergus.
Intérpretes: Guy Pearce, Piper Perabo, William Fichtner, Rick Gonzalez,
J.K. Simmons, Shea Whigham,
Jackie Burroughs, Adam Scott.
País: EE.UU., 2006.
Duración: 101 minutos.
Género: Thriller.