Tarde o temprano tenía que llegar la biografía cinematográfica de la escritora Jane Austen, teniendo en cuenta que sus novelas están siendo adaptadas, una tras otra, dos siglos después de haber sido escritas.

El fenómeno se debe a que los temas femeninos que trató interesan hoy en día, al igual que el tono reivindicativo de su romanticismo entre dieciochesco y decimonónico. El libro escrito por Jon Spence ha servido de base a la película, porque este estudioso de su vida ha dado importancia, al contrario que otros biógrafos, a su romance con un joven y modesto abogado irlandés. El autor de la biografía considera que esa experiencia de un amor impedido y contrariado fue la inspiración de su obra literaria, en cuanto que le tocó enfrentarse a la rígida sociedad de su época, que imponía los intereses de clase sobre cualquier otro a través de los matrimonios concertados.

La adaptación corre a cargo de Julian Jarrold, formado en las series de la BBC inglesa sobre textos clásicos y que pronto estrenará la versión cinematográfica de «Retorno a Brideshead». Es todo un experto en actualizar novelas de época, a las que sabe dar un tratamiento al gusto del público actual.

La elección de la actriz Anne Hathaway, dada a conocer en una película sobre la moda de hoy en día como es «El diablo viste de Prada», deja bien clara esa intención rejuvenecedora. No obstante, es el tipo de decisión que siempre incomoda a los puristas, máxime cuando se trata de una intérprete norteamericana introducida en un reparto típicamente inglés. Aún así, su presencia sirve para remarcar con mayor fuerza, si cabe, los antagonismos, al oponerse a la veterana Maggie Smith, en cuanto representante de un clasismo más conservador.