Un Putin fortalecido arremete con desfachatez contra Estados Unidos
De vuelta de Irán, donde alineó a los países del Caspio en defensa de Teherán, el presidente ruso, Vladimir Putin, criticó ayer sin ambages la situación en Irak y volvió a advertir de que Rusia responderá a cualquier iniciativa unilateral como el escudo antimisiles. Prometió que habrá nuevo inquilino en el Kremlin, pero recordó que, en cualquier caso, estará sujeto a la actual política de reafirmación rusa, «el plan Putin».
GARA |
El presidente ruso, Vladímir Putin, expuso ayer las líneas maestras de la política del gigante eurasiático una vez que, en marzo del año próximo, él deje físicamente -que no realmente- el Kremlin: rearme estratégico y contrapeso a EEUU en el mundo, al tiempo que aprovechó para arremeter con dureza contra los planes de la Administración Bush tanto en el Irak ocupado como contra la República Islámica de Irán.
En su por ahora última comparecencia televisada anual, en la que el presidente responde a preguntas de telespectadores, Putin reivindicó el refuerzo de la capacidad militar en el que está inmersa Rusia con el horizonte de 2015. «Nuestros planes no son grandes, sino grandiosos y absolutamente realistas», dijo.
Tras felicitar al Ejército por el reciente ensayo exitoso de un misil intercontinental, el inquilino del Kremlin evocó la construcción de misiles «totalmente novedosos» más allá de la última generación de los Topol-M, dotados de varias ojivas nucleares de guiado autónomo y capaces de burlar los más sofisticados sistemas antimisiles.
«Hemos advertido a todos nuestros socios de que si toman decisiones sin tener en cuenta los intereses de seguridad de Rusia, adoptaremos medidas de respuesta», dijo, en relación al proyecto de escudo antimisiles de EEUU en Europa Oriental.
EEUU se tienta la ropa
Rusia ha advertido de que abandonará definitivamente el 12 de diciembre el tratado de Fuerzas y Armas Convencionales en Europa si Washington insiste en seguir con sus planes. No obstante, Putin se permitió mostrarse optimista sobre las negociaciones, al asegurar que «nuestros últimos contactos con nuestros colegas americanos revelan que han reflexionado realmente (sobre la posición rusa) y que buscan una solución a este problema y a responder a nuestras inquietudes».
Tras instar a que «no hay que degradar la situación», Putin recordó, eso sí, que Rusia tomará medidas en caso de que EEUU despliegue unilateralmente parte de su escudo antimisiles en Polonia y República Checa. «Créanme, las medidas están previstas», advirtió.
Fecha de retirada de Irak
El presidente ruso no desperdició la ocasión para arremeter contra el presidente de EEUU, George W. Bush. Le exigió un calendario concreto de retirada de Irak y tildó de «inadmisible perpetuar el régimen de ocupación (...) ¿Qué ha pasado en Irak? Aprendieron (los estadounidenses) a pegar tiros, pero lo que no han podido es imponer el orden», aseguró, para añadir tajante que «no creo que lo consigan porque la guerra contra un pueblo es imposible». La Casa Blanca reaccionó con prontitud contra estas aseveraciones e insistió en que «la situación de seguridad está mejorando».
En su comparecencia, Putin defendió el diálogo con Irán y denunció que las informaciones sobre supuestos planes de atentar contra él en su reciente visita a Teherán «fueron un intento de abortar su misión».
Frente a ello, reivindicó la firma por los países del Caspio de una resolución a favor del programa nuclear iraní. «El diálogo directo es un camino más corto para el éxito que la política de amenazas y presiones».
Prolijo en materia internacional, el cabeza de lista de Rusia Unida a las legislativas del 2 de diciembre en Rusia se mostró en contra que reformar las instituciones para traspasar funciones presidenciales al futuro primer ministro e insistió en que «otro hombre» le sustituirá en el Kremlin tras las presidenciales de marzo. Advirtió, eso sí, de que la política actual se mantendrá gracias al control del Parlamento por Rusia Unida.
Putin mostró su apoyo a Teherán en su reciente visita, lo que no quiere decir que Rusia no mantenga un doble juego ante un vecino que podría en un futuro amenazar su seguridad.
Al margen de su posición ante el Kremlin, los analistas coinciden en que Putin no cumplió con el papel de intermediario. «Si Occidente mantenía aún esperanzas en que Putin presionara de una manera u otra sobre el dossier nuclear iraní, esas esperanzas murieron ayer (por el martes)», aseguraba el diario de negocios ruso «Vedomosti».
Lo que no quiere decir que el inquilino del Kremlin haya velado por algo que no sean los intereses de Rusia. «Al apostar por el diálogo, Moscú quiere evitar a toda costa un conflicto con Irán» que podría desestabilizar sus fronteras, asegura Evgeni Satanovski, del Instituto de Estudios de Medio Oriente en Moscú.
«Es imposible lograr que Irán detenga su programa nuclear. Putin es realista y lo que busca es que ese programa sea lo más abierto y controlado posible». añade, para recordar que Putin no puso fecha al desbloqueo de la construcción de la central nuclear de Bucher, a cargo de ingenieros rusos. «Rusia no da a los iraníes todo lo que quieren», constata.
El diario «Vedomosti» incluye el factor económico como otro dato a tener en cuenta en la negativa rusa a sanciones contra Irán pero recuerda que «Occidente olvida un detalle: que Irán está más cerca de Rusia que de EEUU y de Europa (...) El arma nuclear en manos de Irán sería peligrosa para Rusia, más en caso de ataque de EEUU De ahí que Moscú haya elegido la vía de la prudencia y la amistad».
Cuatro policías rusos murieron en un ataque de hombres armados ante una comisaría en Ekajevo, cerca de Nazran, la capital de Ingushetia. Vecina de Chechenia, esta república es escenario de crecientes atentados.