Expresión artística o apropiación indebida, Guggenheim incorpora el puente de La Salve a su catálogo
Con motivo del décimo aniversario del museo bilbaino el artista Daniel Buren convertirá en escultura el puente de La Salve, hecho que ha provocado la crítica y preocupación de ciertos sectores.
Anartz BILBAO | BILBO
El grupo municipal de EAE-ANV en Bilbo presentó ayer la propuesta de moción sobre el puente de La Salve en la que muestra su preocupación e insta al consistorio bilbaino a retirar la obra que el francés Daniel Buren prepara para celebrar el décimo aniversario del Guggenheim Bilbao. Buren convertirá el puente, obra pública, en escultura permanente del museo, empresa privada.
Borja Sarrionandia-Ibarra, en representación de EAE-ANV, argumentó las razones expuestas en la moción. Así, se refirió al alto coste de la obra, presupuestada en un millón seiscientos mil euros (266 millones de pesetas), mostrando su desacuerdo con la utilización de dinero público para la celebración de obras de carácter privado, que por otra parte vuelven a primar el eje de la ría mientras las periferias siguen en el olvido.
Comentó también la supuesta participación popular en la elección de las obras presentadas por tres artistas. En este punto recordó que la implicación de la ciudadanía había sido nula, siendo los turistas asistentes al museo los únicos que tomaron parte en la votación.
Para finalizar, y como principal motivo de plantear la moción, manifestó su rechazo a los remates de la decoración de la obra, que alcanzan ambas aceras estrechándolas y vulnerando la Ley de Accesibilidad. En este punto incidió en la peligrosidad de un adorno que plantea inquietud al generar puntos oscuros, aspecto importante al tratarse de una zona aislada y con escasa iluminación. Son, en concreto, los remates del decorado los que busca eliminar la moción, dejando libre de obstáculos ambas aceras con su anchura original.
Alteración del paisaje urbano
El arquitecto Iñaki Uriarte también se mostró crítico con la obra de arte que, según él, altera la esencia y razón de ser de un puente, si no bello sí significativo, y en su momento avanzado. Además, la obra reduce y entorpece la visión y desde Artxanda, destroza la cualidad paisajística urbana.
El inquieto arquitecto bilbaino lamentó también el «momento débil que vive el espíritu ciudadano» y la nula presencia de un debate en torno a la obra -la más escandalosa de las tres planteadas-, sumamente vulnerable; que calificó de «horterada colorada».
En su artículo publicado en GARA el 31 de agosto del 2007, Uriarte definía el puente: «Se inauguró el 8 de enero de 1972. Radicalmente sobrio y de estética severa por razón estructural, fue uno de los primeros puentes atirantados del Estado, proyectado por el ingeniero Juan Batanero, ya fallecido».
Hoy se cumplen diez años de la apertura del museo convertido en nuevo emblema de Bilbo. Para celebrar tal efeméride, la pinacoteca ha preparado para hoy a la noche un espectáculo gratuito de pirotecnia y música, dirigido por los franceses Martín Arnaud y Fabien Langard, respectivamente. El evento servirá a su vez para inaugurar la intervención artística de Daniel Buren en el puente de La Salve.
«Arcos Rojos» es el nombre de la propuesta con la que Buren ganó el año pasado el concurso restringido que propuso el Guggenheim para convertir en obra de arte el atirantado puente urbano.