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El compromiso marca la elección del nuevo Comité Permanente del PCCh

El recién elegido Comité Central del PCCh incorporó a los dos probables sucesores de Hu Jintao en 2012, Xi Jinping y Li Kequiang, al Comité Permanente del partido, máximo órgano de poder. Ello revela un compromiso entre las distintas corrientes de la formación política.

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El recién elegido Comité Central del Partido Comunista Chino (PCCh) revalidó a Hu Jintao y a su equipo al frente del Comité Permanente del Politburó e incluyó a los dos actuales favoritos para suceder al presidente chino en 2012 entre los cuatro nuevos dirigentes que pasan a engrosar este comité, formado por nueve miembros y núcleo duro del poder en China.

Xi Jinping, número uno del partido en Shanghai, y Li Keqiang, actual líder del partido en la provincia industrial de Liaoning (nordeste) fueron elegidos respectivamente en el sexto y el séptimo puesto de este grupo colegiado.

Los analistas aseguran que la decisión de aupar a ambos justo detrás de una vieja guardia que se retirará en bloque dentro de cinco años evidenciaría un compromiso entre las distintas corrientes del partido.

Ya hay quien augura que el escenario de 2012, tras el XVIII Congreso del PCCH, podría ser el de Xi a la cabeza del partido y Li como jefe del Gobierno. «Quien piense que la cuestión de la sucesión está solucionada se equivoca. Aún es pronto», asegura Cheng Li, sinólogo del Institut Brookings de Washington. Ralph Cossa, director del Forum del Pacífico de Hawai, coincide en que ambos pretendientes están al inicio del camino y en que no deberán cometer errores.

Xi Jinping pertenece a la clase de los princelings, hijos de figuras de la época de la revolución y la lucha por la soberanía de China. Li Keqiang tiene su origen en las juventudes comunistas. «Hu Jintao intentará apoyarse en el segundo, siendo como él un antiguo dirigente de las juventudes», augura Michel Bonnin, sinólogo francés.

Hijos de la Revolución Cultural

No faltan, sin embargo, grandes coincidencias entre los dos señalados pretendientes a suceder a Hu al frente del país.

Ambos pertenecen a la llamada generación de la Revolución Cultural, iniciativa impulsada a finales de los sesenta por Mao Zedong y que, muerto el líder de la República Popular, fue considerada un exceso ultramaoísta.

Ambos fueron enviados, junto a millones de jóvenes, al campo, oficialmente «para confrontarse con las masas».

Xi conoció la provincia de Shaanxi, donde su padre lideró el frente norte de la guerrilla comunista. Li fue destinado a una aldea en Anhui. Ambos regresaron pronto a la ciudad.

Con todo, y al margen de especulaciones más o menos interesadas sobre el verdadero alcance del poder de Hu para imponer a su rival por encima de su tradicional política -más o menos forzada o voluntaria- de consenso, y sin obviar la posibilidad de un tercer tapado, el reelegido secretario general del PCCh y presidente de China reiteró ayer sus ideas-fuerza para tratar de regular el desarrollo económico y social del país. Ingente tarea para la que le quedan cinco años, recuerda Willy Lam, sinólogo de Hong Kong.

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