Con una pequeña ayuda de la BBK, la caja de todos, la productora catalana Mediapro se ha hecho con K2000 -Kabimila- la productora insigne de Galdakao. Nacida en los años 80 como uno de los proyectos audiovisuales, en aquel momento, más urgentes y entusiastas, K2000 ha formado y forjado a muchos profesionales del mundo televisivo vasco.

Después de haber desarrollado todo tipo de productos televisivos -absolutamente todos- ha conseguido afianzar en parrilla más que alguno de ellos. Como ejemplo el actual «Pásalo». Un magacine de sobremesa blanco que ininterrumpidamente decora las tardes de la audiencia sin confabulaciones rosas de ningún tipo. Y, cómo no, «Kalaka». El programa de debate de ETB1 que está cosechando unos índices insospechados y hasta ahora poco menos que imposibles. K2000 es, pues, un hito de la cultura audiovisual.

Parece que quien quiera dedicarse a este negocio tiene que irse fuera. Si no, vendrán los de afuera y se lo llevarán, como acaba de ocurrir con la incursión Mediapro. Una empresa que nació debajo de la huerta de Xabier Arzalluz y creció a la sombra de ETB con una salud de acero. Muchos de los rostros impenetrables de nuestra cantera han pasado previamente por ahí.

No puedo intuir qué ámbitos de la productora van a tener modificaciones a partir de este cambio de dueño. Pero no creo que estemos al inicio de ningún culebrón empresarial. En cualquier caso, quizá seamos testigos de un desembarco de rostros más famosos en las pantallas generalistas que en la nuestra, autónoma y propia. Me imagino a Buenafuente en Galdakao, comiendo en Leo's. Si esto ocurre algún día, me gustaría ser la primera en saberlo. Lo digo en serio.

Mediapro es casi dueña de la Sexta, la cadena que existe pero nadie ve, y Buenafuente uno de los menos vistos y oídos según los comentaristas críticos de las demás cadenas. No es un buen leit motiv publicitario y espero que tampoco se convierta en una profecía para nadie. Pero la noticia, a priori, parece positiva. ¿O no? Según se mire. Yo deseo larga vida a K2000.