El SPD reanima el «socialismo democrático» para marcar distancias con su socio CDU
El Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD) ha redescubierto términos «izquierdistas» para distanciarse de su socio de Gobierno y, a la vez, para recuperar los votos perdidos por la socialista Linke. El dilema sigue.
Ingo NIEBEL |
El SPD finalizó ayer su congreso en Hamburgo aprobando un nuevo programa que alude en varias ocasiones al «socialismo democrático».
Su presidente, Kurt Beck, dijo que su partido quería ser justo con los alemanes y llegar a las nuevas generaciones. Para lograr ese objetivo, quiere atraer a lo que denomina la «mayoría solidaria» y fomentar la solidaridad entre la población. En este contexto se refiere también al «estado social preventivo». El nuevo programa sustituye al de 1989.
El congreso duró tres días y estuvo plagado de altibajos para la cúpula del partido. El viernes Kurt Beck obtuvo un excelente resultado cuando salió reelegido con el 95% de los votos. Sin embargo, 24 horas más tarde tuvo que imponer su autoridad presidencial para poner a raya a la base rebelde, que sorprendió a la presidencia cuando consiguió sacar adelante la propuesta para limitar la velocidad a 130 km/h en las autopistas. Aunque se trata de una propuesta acorde con el debate sobre cambio climático, nadie cree seriamente que el SPD ni su socio de Gobierno, la Unión Demócratacristiana (CDU) de la canciller Angela Merkel, lo va a poner en prác- tica en contra del lobby automovilístico. El eslogán «Paso libre para ciudadanos libres» caracteriza muy bien a la sociedad alemana, a la que le gusta pisar el acelerador en las autopistas, exentas de un límite general de velocidad.
Más duro que esta sorpresa resultó el debate realizado sobre la privatización de los ferrocarriles alemanes, el Deutsche Bahn. El ala «izquierda» del SPD quiso prohibirla, desacreditando así al ministro de Transporte, Wolfgang Tiefensee. Tuvo que intervenir Beck y reclamar la «confianza» de los delegados en su compromiso, que prevé la puesta en marcha de «acciones populares».
Con este truco Beck quiere evitar que los fondos de inversión se hagan con la Deutsche Bahn. En el caso de que la CDU rechace el plan, otro congreso debe decidir sobre los pasos a seguir.
Los delegados aprobaron, por otra parte, prolongar la intervención militar en Afganistán, exigir el sueldo mínimo y el servicio militar voluntario.
La canciller Merkel se desmarcó rotundamente del «regreso al socialismo» de los socialdemócratas en respuesta a las críticas de Beck, que había denunciado el «radicalismo de mercado» que profesa su socia de coalición. Parece que en Hamburgo se ha iniciado el final de la gran coalición, pero el SPD aún se halla muy lejos de reconquistar la cancillería.
En respuesta a las críticas de Beck, quien criticó el «radicalismo de mercado» de Merkel, la canciller se desmarcó del «regreso al socialismo». Hamburgo puede marcar el inicio del final de la gran coalición.