Ha faltado contundencia, se comentaba ayer en la tribuna de prensa de Ipurua como explicación al empate. Javier Mandiola también utilizó después una expresión similar en rueda de prensa. Y puede que sea cierto porque al Eibar le han hecho seis goles en dos partidos. Y alguna explicación debe haber, teniendo en cuenta que sólo había encajado cinco en las ocho jornadas anteriores.

Lo cierto es que la cuenta de goles se ha disparado en los dos sentidos, porque los azulgranas han marcado cuatro en las dos últimas semanas, multiplicando por dos su trayectoria anterior.

El cambio no le esta viniendo bien al Eibar, como demuestra el solitario punto con el que ha saldado las dos últimas citas. Dicen que los goles son amores, pero la clasificación sólo les corresponde cuando se rentabilizan. Hay que recuperar la contundencia.