Castalia Segunda derrota consecutiva del Deportivo Alavés
Cambiar para no cambiar nada
Pese a las cuatro novedades introducidas en el once inicial, el Glorioso vuelve a repetir en Castellón los mismos errores en defensa y en ataque de la pasada jornada y vuelve a caer por el mismo resultado, repitiendo la sensación de impotencia de hace ocho días
Jon ORMAZABAL | GASTEIZ
Lejos de poner en práctica ese propósito de enmienda que tanto se ha repetido entre semana en Gasteiz, el Deportivo Alavés volvió a repetir muchos de los mismos errores de la pasada semana ante el Córdoba y cayó derrotado con total merecimiento tras un mal partido en Castellón. Salvo en unos decentes minutos iniciales, el equipo gasteiztarra volvió a adolecer de falta de agresividad y, sin claridad en ataque ni contundencia detrás, fue presa fácil de un Castellón que tuvo que hacer muy poco para ponerse por delante.
Al margen de los dos cambios obligados por las lesiones de Edu Alonso y David Aganzo -Calderón y Wellington ocuparon sus posiciones- Josu Uribe introdujo otras dos variaciones en el once inicial con la entrada de Mateo en el eje de la defensa y de Asier por banda. Los cambios, sin embargo, ni lograron reforzar la zaga ni consiguieron dotar de más dinamismo a un ataque que parece huérfano tras la lesión de Aganzo.
Así, mientras los rivales van ensamblándose y acoplándose, jugado ya un cuarto de temporada, el Deportivo Alavés sigue buscando su patrón de juego, algo de lo que está muy lejos. Al margen de un estéril debate sobre la agresividad o la intensidad de cada jugador, algo que normalmente va asociado a los resultados, lo que ya parece evidente es que el juego colectivo albiazul tiene grandes carencias tanto en ataque como atrás.
Uribe dio entrada a cuatro jugadores de los que sólo Asier había jugado de inicio en alguno de los últimos tres partidos -en Salamanca- y el equipo acusó esa falta de ritmo, mientras fue esa mayor conjunción la que permitió a los locales decantar el partido en menos de media hora. Así, Toni Moral y Asier, dos jugadores que acostumbran a jugar por la izquierda, se estorbaban y colapsaban el ataque, amén de dejar claros huecos a sus espaldas, espacios que aprovechó bien Rafita para traer de cabeza a la zaga local.
Las bandas habían sido una de las claves en la mejoría albiazul y en las bandas estuvo uno de los principales debes del partido de ayer. Un desdoblamiento entre lateral y extremo de los que tan poco se estilan en el equipo vasco sirvió a Pedro para ganar línea de fondo y Perico remató, completamente solo, su centro con un buen cabezazo.
Poco después, Rafita aprovechó la falta de contundencia de la zaga albiazul para recibir un pase en profundidad del ex albiazul Mario Rosas y driblar a Bernardo en su desesperada salida y sentenciar el partido.
Sin capacidad de reacción
Aunque dispusieron de mucho más tiempo que hace ocho días, la capacidad de reacción de los albiazules volvió a ser nula. Astudillo, en dos intentos de cabeza, protagonizó los dos únicos remates del equipo babazorro en la primera mitad, mientras que el tercero del equipo local estuvo muy cerca en un intento de vaselina que se fue por poco.
En la segunda mitad, el Castellón decidió ceder la iniciativa, dejando en evidencia las carencias creativas de los de Uribe. La entrada de Raúl Sánchez y Mena dio algo de brío al ataque, pero fue un efecto efervescente. Igor Martínez fue la última alternativa, pero ni su velocidad sirvió para poner en apuros al rival.