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La Real tiene la llave para evitar fugas desde Gipuzkoa

Joseba ITURRIA

La reunión de hoy de Ibaigane es una consecuencia lógica de la falta de un acuerdo entre la Real y el Antiguoko. El Athletic encuentra la oportunidad de acceder al club que más jugadores de élite forma en Gipuzkoa al margen de la Real y está obligado a intentar llegar a un acuerdo con él. El Antiguoko prefiere ser convenido de la Real para no volver a ser la oveja negra del fútbol guipuzcoano, pero nunca va a cambiar su política de captación de jugadores, que es lo que pretende el convenio que ha rechazado. En esa tesitura, si la Real no cambia de opinión y permite al Antiguoko trabajar como lo hace ahora, a medio plazo se puede dar por segura la vuelta del club antiguotarra a la órbita del Athletic porque nadie rechaza una cantidad económica importante que se ofrecerá hoy desde Ibaigane por hacer lo mismo que sin estar convenido. Porque seguro que el Athletic no le va a pedir que deje de hacer lo que le ha ido bien al Antiguoko. Todo lo contrario. Le ayudará a poder captar a mejores jugadores guipuzcoanos de zonas más alejadas, ya que tradicionalmente los antiguotarras se han limitado con pocas excepciones a un radio de diez kilómetros alrededor de Donostia. En esa tesitura, la Real se equivoca al insistir en una guerra que no le interesa. El club blanquiazul no puede ser tan estúpido como para pretender que el club que mejores resultados deportivos y económicos tiene de Gipuzkoa deje de hacer lo que le va bien. Su misión, ni la de la Diputación, no es ordenar el fútbol guipuzcoano y decir a cada uno cómo debe trabajar. Su obligación es la de conseguir que los mejores jugadores guipuzcoanos lleguen a la Real. Es lo único en lo que debe preocuparse y su conflicto con el Antiguoko provoca justo lo contrario. Si no recapacita, no sólo se abre la vía de fugas que se cerró hace unos años, sino que ahora puede ampliarse si se incentiva el trabajo con jugadores de zonas más lejanas del entorno donostiarra. Es decir, que se perjudicará todavía más a los equipos guipuzcoanos a los que se pretende proteger con el convenio. Y en los últimos meses, en lugar de buscar desbloquear la situación y encontrar fórmulas para el acuerdo, las posturas se enconan y eso sólo va a provocar que los jugadores del Antiguoko y sus padres no quieran ir a la Real, como ha sucedido este verano con los chavales tocados por el club blanquiazul tras la negativa a firmar el convenio. Es una guerra que no le interesa a la Real y le beneficia al Athletic y las llaves para cerrar la puerta a las fugas las tienen la Diputación y el club blanquiazul. Una persona limpia en esta guerra como el diputado de Deportes Iñaki Galdos ha abierto estos días la vía para llegar a un acuerdo y la Real puede recurrir a personas que estén limpias en el Consejo si quiere impedir que el Antiguoko vuelva a surtir de jugadores al Athletic.

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