La desaparecida de Boston
«Adiós, pequeña, adiós»
El estreno de la ópera prima del actor Ben Affleck como director hubo de retrasarse en Inglaterra, debido a los parecidos que guarda el caso policial que trata con la desaparición de Madeleine McCann.
Mikel INSAUSTI | DONOSTIA
Es difícil saber si lo que más impactó en la opinión pública inglesa fue el parecido de la actriz Amy Madigan con la madre de Madeleine, en el papel de otra madre de niña desaparecida, o el hecho de que los padres de la ficción se apelliden McCready, que suena más o menos como McCann. De no haber estado todo ello contenido en la novela original de Dennis Lehane, el mismo autor en el que se basó Clint Eastwood para su película «Mystic River», más de uno hubiera acusado a los guionistas de basarse en hechos reales sin permiso de los implicados. Es un tipo de publicidad no muy buena para la película, porque desvía la atención respecto al verdadero origen del relato, ambientado en los suburbios marginales de Boston, donde delincuentes y policías se entremezclan con conflictivos lazos familiares o vecinales.
En definitiva, el verdadero punto de atención de la obra debería centrarse en que se trata de la ópera prima como director del actor Ben Affleck, prematuramente consagrado como guionista gracias al Oscar obtenido por «El indomable Will Hunting», película dirigida por Gus Van Sant hace diez años. Affleck se ha concentrado para «Adiós, pequeña, adiós» exclusivamente en la labor tras la cámara, confiando la responsabilidad interpretativa a su hermano Casey, al que su actuación estelar en «El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford» ha situado ya entre los grandes. Tal vez por eso no desentona aquí, junto a nombres consagrados como Ed Harris o Morgan Freeman. Apoyado en la fuerte presencia de todos ellos, Ben Affleck se interesa más por el retrato social de los personajes y de los ambientes, y no tanto por la mecánica del caso policial en sí, nada diferente de otras películas del mismo género.