Ibon Cormenzana es de Bilbo y había debutado en el largometraje hace siete años con «Jaizkibel», una arriesgada ópera prima en la que reflexionaba sobre el suicidio, y que no tuvo la difusión que merecía a pesar de recibir algún que otro premio. Para su segunda realización cambia totalmente de registro, puesto que lo hace con un enfoque más comercial. Se apunta a la creciente moda de aventuras fantásticas pensadas para el público infantil, concediendo gran importancia al diseño artístico por medio de profusos decorados y elaborados efectos especiales. Eso no quiere decir que se haya descuidado, ni mucho menos, la escritura del guión, encargada a David Muñoz y Antonio Trashorras, autores del que sirvió de base a Guillermo del Toro para «El espinazo del diablo». La producción, cuyo presupuesto asciende a los tres millones y medio de euros, cuenta además con un curioso reparto internacional.

La protagonista de «Los Totenwackers» es la popular actriz televisiva Natalia Sánchez, conocida por su papel de Teté, la pequeña de la serie «Los Serrano». Es una chica que se muda junto con su familia a una casa de Barcelona, situada en un céntrico, pero antiguo edificio que encierra no pocos misterios. Tiene una hermana menor que asegura detectar la presencia de un misterioso fantasma en el lugar, por lo que, con la ayuda de un par de niños vecinos, tratará de descubrir la realidad de estos extraños sucesos, por la tranquilidad de la comunidad y la mejoría de su salud, puesto que se ve afectada por dificultades respiratorias.

Entre los numerosos personajes estrafalarios que van desfilando por la pantalla, hay que hacer mención especial al de la anciana casera, interpretado por una Geraldine Chaplin que cada vez se encuentra más a sus anchas en el género fantástico, después de verla en plena forma en la recientemente estrenada «El orfanato».