Gloria Rekarte Ex presa política
Volantazo a la derecha
Ponerle coto a las indemnizaciones en función de quién vaya a recibirlas no es muy diferente a admitir que hay atropellos franquistas que no merecen ser compensados, que es una forma como otra cualquiera de validarlos
Crudo lo va a tener el PP ahora que lo que fue «oposición» se le ha vuelto competencia. El que en otro tiempo cumpliera tan bonitamente su papel de estar enfrente estando en realidad al lado, el de los pactos y acuerdos en sintonía, el del apoyo mutuo y mutuo juego, se obstina en adelantarlo por la derecha y sacarlo del carril.
Zapatero aseguraba, y nos lo ha probado, que ni siquiera el PP había hecho más que él por impedir que Euskal Herria alcanzara un escenario de paz. Nos puso vídeos y todo para disipar dudas y rebatir acusaciones malintencionadas. Ha mostrado después todo lo que se puede hacer para la perpetuación del conflicto y su debida cimentación. Sin necesidad de vídeos ni nada, porque lo hemos vivido en directo y en tiempo real. Tanto es así, que no ha dejado al alcance del PP más que cuatro argumentos enclenques que pierden fuelle con cada una de las nuevas iniciativas con las que el PSOE pretende hacerse con unos cuantos votos más.
Ahora, con un nuevo volantazo, se hace sitio en el carril del PP con la enmienda (exclusivamente dirigida contra la izquierda abertzale) que reza que las formaciones que hayan visto anulada alguna de sus candidaturas no puedan acceder a las indemnizaciones que les corresponden por los bienes incautados en el 36. Ha tenido que dejar a los franquistas en un puro júbilo. Y en un brete también, que no van a saber a quién agradecer, con su voto, la lealtad mostrada. Aunque son de natural desagradecido; capaces de seguir abucheando, pitando y silbando a Zapatero, con todo lo que está haciendo por ellos, los ingratos.
A cuenta de la enmienda, decían por ahí que la sombra de la Ley de Partidos es alargada. Es alargada, si, y densa. Pero ¿es eso? ¿Es la sombra de la Ley de Partidos lo que se quiere dejar caer sobre ANV? ¿No es una sombra aún mayor, aún más densa, aún más oscura? Persiguiendo el estrangulamiento de la izquierda abertzale, bien que lo sabemos, vale todo; y el fin, como no, justifica los medios. Menos aún que oponer si el estrangulamiento es económico, que si hay que repartir entre menos, toca a más.
Pero este asunto va aún más lejos, y van más lejos sus implicaciones. Porque ya no hablamos de subvenciones que recoger, ni de gastos electorales que recuperar. Hablamos de recibir los fondos con los que compensar los atropellos económicos (para los no económicos nunca habrá compensación posible) del franquismo. Los bienes que los franquistas arrebataron, usurparon y de los que dispusieron a voluntad. Hablamos de franquismo. Y ponerle coto a las indemnizaciones en función de quién vaya a recibirlas no es muy diferente a admitir que hay atropellos franquistas que no merecen ser compensados, que es una forma como otra cualquiera de validarlos.
Pero también es una forma de admitir, aunque nada se aleje más de sus intenciones, que las represalias franquistas contra el independentismo vasco y las de hoy siguen el mismo hilo conductor. Mal se verá Zapatero si después de esto la sombra alargada, oscura y densa de la derecha española no le acuna en su seno.