Asier VELEZ DE MENDIZABAL

Miles de niños se lo pasaron ayer en grande. Como si un día de San Fermín se tratase, la comparsa partió desde el local de la antigua estación de autobuses -que cierra sus puertas hoy- acompañada de miles de ciudadanos que no desaprovecharon la oportunidad de volver a ver de cerca a los gigantes, cabezudos, kilikis y zaldikos. La comparsa bajó hasta los fosos de la Vuelta del Castillo, y desde allí se dirigió hacia la Casa de la Misericordia. A continuación, recorrió la calle Yanguas y Miranda, para finalmente retornar al local de la antigua estación. El motivo de la salida era celebrar la mudanza al local ubicado en la nueva estación de autobuses, que será bastante más espacioso que el anterior. No obstante, el traslado definitivo se realizará en las próximas semanas.

Los más de 500 metros cuadrados con los que cuenta la nueva sede permitirá que los componentes de la comparsa puedan reunirse allí para ensayar, algo que hasta ahora era imposible por falta de espacio. «Está claro que este cambio de sede era muy necesario, ya que el antiguo local era muy antiguo y limitado, tan reducido que nos obligaba a guardar las cabezas por un lado y los gigantes por otro. Además, ahora podremos ensayar en nuestra porpia sede, que es algo muy a tener en cuenta», señalaba el zaldiko Luis Peña, que no daba a basto para «sacudir» a todos los niños que se le acercaban. «Al fin y al cabo, será como mudarnos de una casa pequeña y antigua a otra más amplia y recién construida», recalcó.

La enorme afluencia de público no pasó desapercibida a los miembros de la comparsa, que se sorprendieron muy gratamente de ver a tantos niños acompañando a los gigantes y cabezudos. «La climatología ha acompañado y muchas familias se han animado a asistir al evento con los hijos. Probablemente hoy se ha reunido más gente que algunos días de Sanfermines. No cabe duda de que la celebración ha resultado ser un éxito», explicó el miembro de la comparsa Andoni Lahaba.

Hoy, gigantada

El acto tenía también su punto de nostalgia. Ayer fue casi la última vez que la comparsa salió desde la antigua estación de autobuses, ya que a lo largo de las próximas semanas se llevará a cabo el traslado definitivo. Hoy los gigantes y cabezudos volverán a recorrer las calles de la ciudad, en una concentración en la que se reunirán gigantes, cabezudos, kilikis y zaldikos de Tafalla, Tutera, Lizarra, Zangotza e Iruñea.

Varios ciudadanos se quejaron por la «poca previsión» del Ayuntamiento de Iruñea al no reforzar el servicio de transporte urbano en un día en el que se movilizaron miles de personas. «El Consistorio no ha tomado ninguna medida para evitar el colapso circulatorio ni ha ofrecido un servicio más amplio de villavesas. Eso ha generado que muchas personas que se diri- gían al centro se hayan quedado en las paradas», denunciaba Iosu Iparraguirre, uno de los vecinos de Iruñea que no quiso de ninguna manera perderse esta celebración.