Real y Celta disputarán en Anoeta un partido con sabor y nostalgia de Primera, pero con categoría de Segunda. Los dos buscarán obtener una victoria que les acerque a unos puestos de cabeza que hasta ahora han mirado desde más distancia de la esperada en la dura fase de aclimatación para que la travesía del desierto dure lo menos posible.

Por la entidad del rival, los dos equipos saben que el resultado de esta tarde puede marcar mucho el futuro. Una victoria permitiría a los blanquiazules confirmar las buenas sensaciones del segundo tiempo de Alicante y volver a una dinámica positiva. Además, aunque no haya empezado bien, el Celta es un rival directo y esos puntos tienen valor doble. No ganar implicaría, por contra, aumentar a cinco la racha de partidos sin hacerlo y se miraría el futuro con menos optimismo.

Real y Celta saben que si quieren volver a la categoría que necesitan para sostener sus estructuras deben lograr muchas victorias y, sobre todo, ante rivales directos. Para lograr la de hoy Coleman tampoco podrá contar con Skoubo, ese jugador de gran clase, pero que a la hora de la verdad no ha estado disponible más que en los primeros cinco meses de los dos años que lleva en Donostia.

La Real necesita que uno de sus dos delanteros extranjeros aporte un punto de calidad extra arriba y habrá que esperar que sea Delibasic el que confirme las buenas sensaciones que dejó en la segunda parte de Alicante. Parecía lógico que Coleman se decantara de inicio hoy por el once que tan bien acabó el pasado domingo, pero el técnico dio a entender el viernes que Elustondo comenzará de pivote y Aranburu en la izquierda y que, en ausencia de Skoubo, insistirá con un 4-2-3-1 con Gorka Larrea para trabajar el partido con su gran físico. Tampoco es una mala opción, porque el galés se reserva así al jugador que probablemente tenga más chispa en ataque y siempre es bueno tener ases bajo la manga que han faltado en otras segundas partes y que el técnico sí encontró en Alicante.

Un Celta que no está sobrado

El Celta llega a Anoeta en una situación similar a la Real, con un punto más, aunque con una última racha mejor desde la llegada de López Caro al banquillo en sustitución de Stoichkov.

El once que se anuncia desde Vigo está formado en su mayoría por jugadores que han militado en Primera, como los de la Real, y eso invita a pensar que el partido pueda ser distinto. Quizás Anoeta vea por un día un juego más parecido al de la Liga de las Estrellas que al de Segunda con la esperanza de lograr una victoria que permita ver 19 choques así el próximo año.