Al sortearse los grupos de clasificación para la Eurocopa de 2008, pocos pensaban que Escocia pudiera dar la campanada en su grupo. La «Tartan Army» quedó encuadrada en un grupo donde estaban las dos últimas finalistas del mundial, Italia y Francia, además de Ucrania .

Pero una nueva generación de futbolistas ha devuelto el orgullo a una selección que añoraba tiempos mejores, los 70 y 80.

Los escoceses se han plantado con opciones de entrar en la Eurocopa. Sus primeros resultados positivos llegaron de la mano de Walter Smith, incluida una victoria ante Francia en Hampden Park. Sin embargo, Smith retornó al Glasgow Rangers en enero.

No cundió el pánico en la Federación escocesa, que designó a Alex McLeish como nuevo responsable. Bajo su batuta, la dinámica ha seguido positiva. Tanto, que la Tartan Army dio una monumental campanada el pasado mes de setiembre al vencer por 0-1 a Francia en París. Fue un partido especial, ya que los galos retornaban al Parque de los Príncipes casi 10 años después, debido a que Saint Denis estaba ocupado por el mundial de rugby. Allí, James McFadden hizo historia para el fútbol escocés; anotó un golazo y colocó a Escocia a un paso de la Eurocopa.

El ambiente de euforia se adueñó de un país que tiende a dispararla cuando a su selección le van bien las cosas. En medio de esa vorágine llegó el jarro de agua fría. Se produjo en el Este, ante la Georgia de Toppmoller, con una derrota por 2-0.

Este varapalo dejó las espadas en todo lo alto para el último partido que se jugará esta tarde, con Hampden Park a reventar, frente a Italia. Un hueso muy duro de roer y al que un empate le basta. Y es que para Escocia es el último partido, mientras que los italianos tendrán otro más el miércoles contra Islas Feroe. No obstante, una victoria metería a la Tartan Army en la Euro y dejaría a los campeones del mundo fuera. Por tanto, se espera que Donadoni ponga un muro de contención con Pirlo, Gattuso y De Rossi, y se encomiende a Toni para los goles.

El choque llega en un momento trascendental para Escocia. El país se apresta a vivir años en los que, en virtud de la voluntad popular, pueden dar paso al camino hacia su independencia. Junto a ello, la difícil situación por la que atraviesa Inglaterra, con un pie fuera de la Eurocopa le otorga mayor trascendencia. De hecho, una clasificación a una cita donde no estén los pross supondría un tremendo subidón de autoestima en Escocia, igual que en Argentina en 1978. Entonces, la locura se apoderó del país. Tanto, que el cantante Andy Cameron dedicó una animada canción al equipo de Ally McLeod: bajo el título «Ally's Tartan Army», su letra recordaba que ellos iban a estar presentes y que «Inglaterra no se había clasificado».

Así que los escoceses entonarán con orgullo su himno, el «flower of Scotland», seguros de que una victoria les catapultará a la Eurocopa de la próxima primavera.