El primer ministro de Polonia, Donald Tusk, afirmó que «consultará con Estados Unidos, la OTAN y los países vecinos» la instalación en territorio polaco de un escudo antimisiles estadounidense y dio a entender que negociará con Rusia, con la que quiere impulsar el diálogo. «Queremos un diálogo con Rusia. La ausencia de éste no beneficia a ninguna de las dos partes», subrayó en su intervención en el Parlamento, donde presentó el programa de su Gobierno.

Insistió en que la ausencia de un diálogo entre Polonia y Rusia «perjudica a los intereses y la reputación de ambos países en el plano internacional». «Estoy convencido de que los tiempos de un cambio positivo han llegado», resaltó Tusk.

Destacó que, en principio, no es hostil hacia este escudo. «Somos conscientes de la importancia política y militar de este proyecto», manifestó.

No obstante, reprochó a su predecesor, el conservador Jaroslaw Kaczynski, que no hubiera pedido a Estados Unidos suficientes compensaciones. Antes de las elecciones, el actual ministro de Asuntos Exteriores, Radoslaw Sikorski, reclamó a Washington que proporcionará a Polonia un sistema de defensa de última generación contra misiles de corta distancia, tipo THADD o Patriot PAC-3.

Los ejes de gobierno de Tusk van en sentido opuesto a los fijados por los gemelos Kaczynski que, entusiastas con el proyecto militar de la Administración Bush y alejados del Kremlin, sobre todo, a raíz del embargo ruso a la carne polaca.

Con el pretexto de este embargo, Varsovia bloqueó, en otoño de 2006, la apertura de negociaciones sobre un acuerdo de colaboración con Rusia y la Unión Europea.