Dos explosiones en Bagdad y en el norte de Irak causaron 26 muertos y decenas de heridos. La primera deflagración ocurrió poco antes de las 9.00 de la mañana (dos horas antes en Euskal Herria) en el mercado de animales de al Ghazil, en el centro de la capital iraquí. El artefacto estaba oculto en una caja usada para transportar animales pequeños, según explicó un policía. En este atentado murieron, al menos, 13 personas.

Nueve cadáveres y 45 heridos fueron evacuados al hospital de al Kindi. Otras víctimas fueron conducidas al centro sanitario de Ibn al Nafis.

Este el segundo ataque de envergadura que se produce en el centro de Bagdad en meses.

En torno a las 13.30, en Mosul, un kamikaze explosionó el vehículo en el que viajaba contra un control policial. Tres agentes y diez civiles perdieron la vida en el mismo. En otro ataque, un oficial de Policía y otros 15 sufrieron heridas por la explosión de un coche aparcado al paso de una patrulla policial en Shurqat, a 250 kilómetros al noroeste de Bagdad.

Por otra parte, las tropas estadounidenses detuvieron a siete personas en tres redadas. La incursión tuvo lugar al sureste de la ciudad de Samarra, al norte de Irak.

Advertencia de la ACNUR

Ante las informaciones difundidas del Gobierno iraquí sobre el retorno paulatino de refugiados iraquíes, la alta comisionada de la ONU para los refugiados advirtió que «actualmente, no hay ninguna señal de una vuelta a gran escala».

Uno de los países que acogen a miles de iraquíes refugiados es Siria, donde viven 1,4 millones.

Desde el pasado 1 octubre, ha impuesto visados de entrada a los ciudadanos iraquíes.

Entres los motivos por los que están regresando, según consta en un informe de la ONU, están los crecientes problemas económicos y burocráticos a los que deben hacer frente en Siria.