Chris Coleman apoyó ayer a sus jugadores en la polémica suscitada tras conocerse que la plantilla rechazó una propuesta para bajar su sueldo que fue criticada por el técnico: «No es correcto pedir eso a los jugadores que han elegido quedarse. Hubo doce que se marcharon y a los que decidieron seguir fieles al club no se les debió pedir eso. Hay muchos problemas en el club, pero debemos parar las continuas críticas a los futbolistas».

Asume la posibilidad de que mañana los jugadores sean pitados, algo que consideraría como «lamentable. Espero que los aficionados estén con los jugadores como siempre lo han estado. Todos somos humanos y necesitamos calor en los malos momentos. Los que están detrás de la portería son los que animan siempre, se gane o se pierda, y espero que el domingo sea así».

Admitía que en estas últimas semanas a la dificultad del calendario se han unido factores que «hacen muy difícil concentrarse en el fútbol». Pese a todo entiende que «perfectamente podemos ganar el domingo pese a todas las bajas. Este año el Málaga está arriba, pero el pasado fue muy difícil tras el descenso, sufrieron incluso para mantenerse. Para nosotros es aún más difícil porque somos la Real, tenemos más presión que el Málaga el año pasado. Los jugadores aguantan máxima presión siempre. Podemos hablar de que tienen carencias en la creatividad, en el juego, pero nadie que les conozca puede acusarles de falta de compromiso».

Fiel a su doble misión

Coleman demostró que lo que le rodea, una incertidumbre y críticas feroces que le apuntan como próxima cabeza a cortar, no hace variar su línea de actuación y ahora es el único hombre que aguanta con firmeza el timón en el maremoto en el que navega la Real sin variar la única ruta que puede seguirse.

Insistía en que «para mí hay dos trabajos diferentes. Por una parte ganar el máximo número de partidos e intentar conseguir el ascenso. Y por otra formar un equipo y dar tiempo a los más jóvenes. Vine con el pensamiento de que tenía la misión de construir un equipo nuevo para ascender. Si era en un año bien, pero quizás podía necesitar más tiempo. Pensaba que iba a tener dificultades en el fútbol, lo que no pensaba es que iban a ser de otra índole como están siendo».

«El 3 de enero vendrán nuevos gestores y no sé con qué idea. Si con ésta u otra -añadía-. Yo no cambio mi idea de trabajar con los jugadores que hay para subir. El problema del año pasado, sin querer culpar a nadie, es que se ficharon muchos de fuera, se gastó mucho dinero en ellos y estamos en Segunda. Puede venir un nuevo presidente con idea de gastar dinero y fichar, pero puede ocurrir que a los doce meses estemos en la misma situación o peor porque fichar y gastar dinero no es garantía en el fútbol. Estoy convencido de que por el camino elegido con paciencia vamos a mejorar. Si se elige otro camino puede ser más corto, pero igual no nos lleva a mejorar. No hay que equivocarse en el camino a recorrer».

Sobre su futuro dijo que «en la vida de un entrenador nunca sabes si vas a acabar una temporada y ahora la situación es un poco más complicada, pero debemos seguir trabajando. Dos victorias seguidas cambiarían muchísimo no sólo la confianza de los jugadores, sino todo». Recordó que quiso irse con De la Peña, pero el Consejo le pidió que siguiera y esperará a lo que digan sus sucesores el 3 de enero. Señaló que hasta entonces los técnicos no tomarán decisiones de renovaciones o fichajes.