Australia, con una población de veinte millones y medio de habitantes -470.000 de los cuales son aborígenes- y donde el voto es obligatorio desde 1964, celebra hoy elecciones generales. El Partido Laborista que lidera Kevin Rudd se perfila como favorito tras el duro pulso mantenido con los conservadores del primer ministro, John Howard, quien intenta renovar su mandato por quinta vez. Las últimas encuestas dan una ventaja de 4 puntos a los laboristas, que obtendría un 52% del apoyo, frente al 48% de los liberales.

Kevin Rudd ha prometido retirar a las tropas australianas, probablemente a mediados de 2008, si se alza con la victoria que le auguran los sondeos.

Su rival, John Howard, líder de la Coalición Liberal y jefe del Gobierno desde hace once años y medio, mantiene, por el contrario, que Australia tiene un compromiso con EEUU y que, por lo tanto, no piensa retirar las fuerzas especiales que Camberra envió a Irak -550 soldados- como contribución a la «guerra contra el terrorismo». Pero en el único debate electoral que enfrentó a ambos candidatos a finales de octubre, Howard anunció una «revisión» de las actividades australianas en Irak.

Rudd, cuyo partido no se opone a la presencia militar australiana en Afganistán, considera que participar en el conflicto de Irak es el mayor error cometido por Camberra en materia de política exterior desde la guerra de Vietnam, a donde Australia también envió soldados. Sostiene que dejará en el Golfo Pérsico la fragata cuya misión es proteger plataformas petrolíferas y mantendrá los aviones de transporte que apoyan las operaciones de los 970 soldados australianos desplegados en Oruzgan (Afganistán), presencia que estaría dispuesto a incrementar, según le transmitió al presidente afgano, Hamid Karzai.

Consecuencias de la invasión

Según ha repetido Rudd en campaña, a diferencia de Afganistán «la de Irak es una guerra civil entre facciones». Los líderes laboristas han recordado una y otra vez que en Irak han muerto entre 75.000 y 600.000 personas como consecuencia de la invasión, hay unos dos millones de refugiados y alrededor de un millón de desplazados internos, y atribuyen a la intervención militar en el país árabe el empeoramiento de la situación en materia de «terrorismo».

Cambio climático

El otro gran compromiso adoptado por el Partido Laborista en campaña ha sido la firma del Protocolo de Kyoto, en el caso de que Howard sea derrotado.

Kevin Rudd se ha convertido en uno de los principales defensores de las negociaciones que se llevan a cabo en el seno de Naciones Unidas para combatir el cambio climático. Ha afirmado que considerará la posibilidad de representar, personalmente, a la delegación austra- liana en la reunión de la ONU en Bali en diciembre, lo que significaría variar radicalmente la actitud que el Gobierno de Camberra ha mantenido hasta.

Howard, por su parte, ha prometido que, de ser reelegido, utilizará sus buenas relaciones con George W. Bush para persuadir al Gobierno de EEUU de que se una a otro tipo de acuerdo internacional. Su partido cree que un acuerdo sobre medio ambiente sólo funcionará si incluye un compromiso de todos los países del mundo, desarrollados y no desarrollados.