Euskaltzaindia y la Fundación Sabino Arana organizaron ayer un acto de reconocimiento «a quienes hicieron posible» la Ley de Normalización del Uso del Euskara aprobada en 1982 por el Parlamento de Gasteiz. Una norma cuyo desarrollo ha sido, según reconoció el miembro de Euskaltzaindia, José Luis Lizundia, «irregular».

Las personas homenajeadas en este acto fueron Inmaculada Boneta, Ramón Labaien, José Luis Lizundia, Alfredo Marco Tabar, José Antonio Maturana, Pedro Miguel Etxenike, Alberto Ansola, Joaquín Mari Aginaga, Santiago Griñó y Rabert y José Antonio Zaldua. Uno de ellos, José Luis Lizundia, destacó el «desarrollo caótico» de esta ley en la Administración local, criticando que en el ámbito jurídico se «ha limitado a la traducción» y que en Osakidetza «se empezó tarde». «El desarrollo más digno de aplaudir se ha dado en la educación», concluyó el euskaltzaina. A pesar de su crítica, prefiere no cambiar la ley porque «todo el mundo estaba a favor de la oficialidad del euskara cuando se aprobó; pero ahora, el nacionalismo castellanista es más fuerte, por lo que, de cambiar la ley, empeoraría».

El académico de honor de Euskaltzaindia Joseba Intxausti sentenció que el problema del euskara ha consistido en ser «un idioma sin Estado». Al euskara, subrayó, «le ha faltado un poder único, ya que varias administraciones, tanto civiles como religiosas, han gobernado su territorio de forma disgregadora y ha tenido que competir de forma desigual con otros idiomas para defender su espacio».

El viceconsejero de Política Lingüística de Lakua, Patxi Baztarrika, en una entrevista radiofónica, dijo que «hay que reconocer a la sociedad vasca» el esfuerzo para la recuperación del euskara, «porque los avances han tenido como punto de partida la Ley, pero el protagonismo del cambio lingüístico ha sido de la sociedad».

El responsable de Política Lingüística de las instituciones de la CAV apostó en este aniversario por «mirar al futuro», asegurando que el reto fundamental a afrontar de cara al futuro es la normalización del uso del euskara, como reza el propio título de la ley aprobada hace 25 años: «Primero se trataba de aprender euskara, después de aprender en euskara y ahora se trata de hablar en euskara».

«Una ley más vigorosa»

Si en el acto de homenaje a los autores de la Ley se oyeron voces críticas, qué decir de los grupos euskaltzales, que reclaman una apuesta más decidida en favor del euskara y reclaman un radical replanteamiento de la Ley. En ese sentido se pronunció el secretario general de Kontseilua, Xabier Mendiguren, al reclamar una ley «mucho más vigorosa», así como «una política lingüística eficaz que la desarrolle». Se lamentó Mendiguren de que, después de la esperanza que generó la aprobación de esta Ley tras el largo periodo de dictadura, existe un «gran desequilibrio entre lo que se podía haber hecho y lo que se ha conseguido», subrayando en el balance negativo la tardanza en dotar a Osakidetza de un plan de euskaldunización y los «pocos, muy pocos intentos» realizados en el mundo laboral.

Los colectivos englobados en la plataforma Euskaltzaleon Elkargunea realizaron una concentración frente a la sede del Parlamento de Gasteiz en la que reclamaron un replanteamiento global de la Ley, «porque no garantiza el futuro del euskara en el tercio autonómico y mucho menos en el conjunto de Euskal Herria».

EHE fue más allá en su denuncia, al asegurar que el Parlamento de Gasteiz, al aprobar hace 25 años la Ley del Euskara, «abrió la puerta a la conculcación de los derechos lingüísticos de los ciudadanos de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa». Como consecuencia, la situación del idioma nacional es negativa, «porque las políticas que hemos debido sufrir los euskaldunes durante estos años se han basado en la represión y la prohibición». Para EHE, las propuestas y movilizaciones de la ciudadanía «han mantenido viva nuestra lengua», porque «ni Brisson, ni Pérez Nievas ni Baztarrika van a decidir el futuro del euskara».

Entre las formaciones políticas, sólo la izquierda abertzale realizó ayer una valoración de la Ley del Euskara vigente en Araba, Bizkaia y Gipuzkoa.

En una concentración frente a la Cámara, Mikel Galartza tachó esta ley de «particionista e ineficaz para el objetivo de la normalización», calificó de «fraude» el objetivo del bilingüismo «porque normalización y bilingüismo son conceptos contradictorios» y denunció que esta Ley no garantiza los derechos de los euskaldunes. En su lugar, Galartza reclamó un «cambio total de paradigma».

Por su parte, en representación del grupo Ezker Abertzalea, Ane Auzmendi denunció, en el pleno que celebraba ayer el Parlamento, «el fracaso» de esta Ley y reclamó una nueva norma «para que se garanticen los derechos lingüísticos».