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Maratón de Donostia

No hubo récord del otro El Mouaziz

Abdelhadi, ayudado por su hermano Abdelkader ejerciendo de liebre, se impone en la edición más marroquí de la prueba donostiarra

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Miren SAENZ | DONOSTIA

Abdelhadi El Mouaziz fue el vencedor del 30º maratón de Donostia y remató su triunfo en dos horas, 12 minutos y 45 segundos, un registro aceptable para un debutante pero a tres minutos del récord de la carrera (2.09:34) establecido por el keniata Timothy Cherigat en 2002.

Abdelhadi se convirtió así en el segundo ganador marroquí de la prueba, tras la victoria de Serrokh en 1996, en la edición más magrebí puesto que el podio masculino al completo llegó de Marruecos y las liebres también viajaron desde allí.

Entre ellas se encontraba Abdelkader El Mouaziz, hermano del vencedor que a sus 38 años se mantiene ligado al atletismo ahora como entrenador, también de otro de sus ocho hermanos, y si se tercia de liebre, tras una trayectoria reseñable.

Abdelkader, fondista desde los 14 años, saltó a la fama en 1999 con su primera victoria en Londres. Luego volvería a repetir ante los mejores del planeta en la cita por excelencia de los 42,195 kilómetros, pero también fue séptimo en el maratón olímpico de Sydney'2000 y sexto en el del Mundial de Edmonton'2001. Ganó en las pruebas mas deseadas como Nueva York o Chicago, que proporcionan dinero y fama. Precisamente de este último guarda su mejor registro con 2.06.46. Amigo personal de El Guerrouj, el rey del mediofondo ya retirado con el que coincidía entrenando en Ifrane a 1.600 metros, ayer colaboró en el despegue de su hermano. El vencedor, que abandonó su trabajo de mecánico para intentar seguir los pasos del primogénito, es justo ocho años mas joven. Tras fracasar en el objetivo del récord obtuvo su comprensión: «Mi debut fue peor, hice 2.15.45» y posteriormente ha corrido en 30 maratones 13 veces por debajo de 2.10.

Hasta el kilómetro 19, las liebres condujeron a Abdelhadi en tiempo de récord. En el 20 comenzó a evaporarse la ilusión y terminó de confirmarse tras los problemas físicos que sufrió en la pierna, que sin embargo no impidieron una victoria inapelable sobre sus compatriotas.

José Antonio Blanco, del Txindoki, fue cuarto y primer vasco, también primer guipuzcoano por lo que para él fue el grabado de Eduardo Chillida en esta edición de homenaje al Peine del Viento. El ordiziarra fue a ritmo hasta el medio maratón y luego aguantó a partir del 30. Le sirvió para mejorar registro (2.25:47). «He participado en cuatro maratones, Chicago, Amsterdam y dos aquí. Éste es el mejor porque corres en casa, con tu público y duermes en tu cama», dijo.

PARTICIPACIÓN

De los casi 2.700 atletas que formalizaron la inscripción 2.558 recogieron su dorsal y 2.367 tomaron parte en la prueba.

TRES EN UN MES

Antonio Iñíguez, de 54 años, firmó su tercer maratón en un mes. En Pekín terminó en 2.58 y en Holanda y Donostia en 2.57.

Loonen, una campeona enfadada en el adiós de Arana

Kristijna Loonen fue una campeona enojada a su llegada, que terminó por recuperar la sonrisa poco antes de subir al podio. La holandesa cumplió pronósticos con su victoria, aunque su registro de 2.47:12 no pasará a la historia del maratón donostiarra.

La vencedora femenina, de 37 años de edad, se quejó amargamente de las bajas temperaturas -entre cuatro o cinco grados- y eso que corrió con manga y pantalón largo. Cruzó la línea de meta, se arrancó el dorsal y pidió hablar con los jueces. Su comportamiento extrañó a los organizadores, atónitos tras enterarse de que en un momento del recorrido, hacia el kilómetro 10, le dio por dar patadas a coches aparcados según nos informaron en la meta.

Más calmada, esperando para subir al podio, declaró que el de ayer fue su quinto maratón de la temporada tras los de Amsterdam, Copenhague, Estambul y Barcelona «así que pese a que el recorrido es perfecto me he encontrado con poca energía», admitió. Loonen recordó su victoria en Rotterdam'2005, con un registro algo más meritorio que el de ayer en torno a 2.33, como uno de sus momentos memorables y también piropeó al público de las aceras: «Me han animado mucho, me ha recordado a Nueva York», insistió.

Otras dos participantes concluyeron por debajo de las tres horas: la madrileña Luna García y la donostiarra Amaia Arana. Luna, una maestra logopeda de 35 años, corrió junto a la vasca hasta el medio maratón. Después se fue hacia el segundo puesto del cajón agradecida del ambiente «y encantada con la música que me ha ayudado en las zonas más despobladas», recordó.

Amaia Arana, con su tercer puesto, sumó su séptimo podio en la prueba donostiarra. Nada más cruzar la meta anunció que se despide del maratón para dedicarse a distancias más cortas. «Tengo 34 años, esto es durísimo y no tengo la frescura del principio. Una retirada a tiempo es una victoria», aseguró. También recordó a sus rivales y compañeras aludiendo a que la ausencia de Isabel Eizmendi -que ayer no pudo defender su victoria en la 84ª edición de la Jean Bouin, aunque fue tercera en la prueba barcelonesa- o las lesiones que han afectado a otras atletas como Itziar Urdangarin o Amaia Insausti le habían permitido ganar la clasificación de las guipuzcoanas, «por eso se lo dedico a ellas», en esta ocasión con premio extra por el grabado con la firma de Eduardo Chillida previsto para los primeros del herrialde.

M.S.

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