Las cuentas de la lechera fallaron a las primeras de cambio. El primero de los dos partidos consecutivos que el Eibar debe disputar en Ipurua se saldó con una derrota -la tercera de la temporada en casa- que, lejos de colocar a los azulgranas en la órbita de los mejores, le hace perder algunos peldaños.

No fue, desde luego, el día de los armeros. Se esforzaron como de costumbre, pero no les salió nada. Una tarde aciaga que coincidió con la reacción de un Hércules necesitado. Puede que el equipo de Andoni Goikoetxea se marchase con un marcador demasiado abultado para sus méritos, pero no cabe duda de que mereció el triunfo. Fue mejor que su rival, al que apenas le dejó crear ocasiones de peligro, supo esperar sus oportunidades y, para rematar, cuando llegaron tuvo puntería.

La suerte, que siempre cuenta, también sonrió a los alicantinos, a los que el choque se les puso de cara a las primeras de cambio. Se cumplía el minuto seis cuando el saber hacer de César en este tipo de acciones y las dudas de Cuéllar -al que su error ante el Córdoba y los problemas físicos que arrastra le están pasando factura- coincidieron con un saque de esquina que el central cabeceó al fondo de las redes.

El Eibar tardó en reaccionar, lo que estuvo a punto de costarle algún otro disgusto en forma de contragolpe. Acabó dando un golpe sobre la mesa con un balón cruzado de Joseba del Olmo que se marchó junto al palo y de ahí al descanso, la posibilidad del empate tomó cuerpo. Sobre todo tras una buena combinación entre Del Olmo y Goiria que Insa no supo rematar.

El Eibar siguió buscando la remontada tras el descanso, pero se veía que no era el día. El Hércules se aplicaba con contundencia y no corría el más mínimo riesgo, consciente de que su rival acabaría haciéndolo. Así fue, lamentablemente. Pese a que apenas fue capaz de crear ocasiones de peligro en el segundo tiempo, el cuadro armero no dejó de intentarlo, con más ganas y menos acierto según transcurrían los minutos, lo que se tradujo en huecos y, por extensión, opciones para el contragolpe herculano.

Acabó por llegar. En el minuto setenta, con un pase en profundidad de Farinós que Juanma, entrando por la derecha, cruzó para anotar el 0-2.

Ni aún así se rindió el Eibar. Manix movió banquillo y la afición azulgrana tiró de repertorio para empujar a los suyos, pero las contadísimas ocasiones en las que los armeros colaron un balón en condiciones en el área, fueron los delanteros los que no acertaron.

El Hércules, por contra, todavía tuvo tiempo para rematar el partido. Ya en el descuento, y segundos después de que Unai Alba desviara junto al larguero un chut de Carmelo, Cámara anotó el tercero, al aprovechar una asistencia de Tote.