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Javier Melchor Saiz Miembro de Ekologistak Martxan Gipuzkoa

Día de Acción global contra la incineración y cambio climático

El Plan Vasco contra el cambio climático reconoce que la incineración de residuos afecta negativamente a la calidad del aire por el aumento de contaminantes

Hoy, día de acción global contra la incineración a nivel mundial, ciudadanos y colectivos de multitud de países unen sus voces contra la incineración de residuos, visibilizando el creciente rechazo que produce en todo el mundo esta obsoleta tecnología.

Multitud de estudios médicos realizados en los entornos de incineradoras corroboran que afectan gravemente a la salud humana, por sus emisiones de dioxinas, furanos, plomo, cadmio y otros metales pesados, micropartículas y otros tipos de gases. Estas emisiones tóxicas deberían ser, desde un punto de vista ético y moral, razón suficiente para desestimar rotundamente el uso de esta tecnología.

El 26 de agosto de 2004 entró en vigor en el Estado español el Convenio de Estocolmo, cuya finalidad es la eliminación progresiva de los contaminantes orgánicos persistentes (COP), siendo su objetivo prioritario asegurarse de que no se generen nuevos productos químicos con propiedades de COP y de que no se abran nuevas instalaciones que generen y liberen COP de forma no intencionada. La ratificación de este convenio debería ser, desde un punto de vista legal, razón suficiente para desestimar la incineración de residuos.

Afortunadamente, a día de hoy gobiernos de todo el mundo han reconocido la existencia de un proceso de cambio climático, generado en gran parte por la actividad humana, que es necesario detener por sus catastróficos efectos sobre el planeta y nosotros mismos. En consecuencia, están desarrollando planes para invertir el cambio climático o al menos mitigar sus efectos. Por supuesto el Gobierno vasco también está redactando su Plan Vasco de Lucha contra el Cambio Climático 2008-2012. Al margen de que la fecha ya indica su «reciente sensibilización» con el problema, hay varios aspectos que chocan con el contenido de otros planes y actuaciones que se están desarrollando actualmente en el País Vasco. Por centrarnos en Gipuzkoa y su situación actual en torno a la gestión de residuos, mencionaremos el documento «Directrices para la planificación y gestión de residuos urbanos en la CAPV 2010».

Para empezar, este documento debería ser el marco legal que amparase los planes de gestión que las diferentes diputaciones han de elaborar para el tratamiento de los residuos urbanos en cada territorio histórico, como, por ejemplo, el PIGRUG de Gipuzkoa. Por lo tanto, no se entiende que estas «Directrices...» se redacten cuando ya el PIGRUG lleva años aprobado y desarrollándose.

El Plan Vasco contra el cambio climático reconoce que «las principales fuentes de emisión de gases de efecto invernadero (GEI) en el sector de los residuos son la eliminación de residuos urbanos biodegradables en vertederos y la incineración de residuos plásticos». Asimismo reconoce que la incineración de residuos afecta negativamente a la calidad del aire por el aumento de contaminantes emitidos. Su acción nº 47 consiste en «elaborar una estrategia coordinada de sensibilización en la CAPV, sobre todo en lo que a la recogida de materia orgánica y residuos de envases plásticos se refiere».

Por todo ello no es comprensible que las «Directrices...» permitan la incineración como método de tratamiento de residuos. ¿Quizá para respaldar planes anteriores que como el PIGRUG apuesta decididamente por la incineración? Tampoco es comprensible que se fije como objetivo de compostaje un 8%, cuando es ya una cifra ridícula en 2007.

Mientras el Plan contra el cambio climático reconoce la vital función de los bosques como sumideros de carbono y se propone «aumentar en 2.000 hectáreas la superficie convertida en bosque» y «la superficie forestal fertilizada de manera sostenible en 40.000 hectáreas», es curioso que el PIGRUG alegue constantemente que no es necesario compost en territorio guipuzcoano para desestimar la recogida selectiva de materia orgánica. ¿Con qué «sostenibles» productos está abonando la Diputación la superficie forestal de su territorio?

El Plan considera necesarios cambios drásticos en los modelos de producción y consumo, haciendo hincapié en la importancia del ahorro a través de amplias y continuadas campañas de sensibilización, pero reconoce que la sensibilización sin alternativas no sirve, e incluye entre las medidas a tomar implantar en los centros del Gobierno vasco la recogida selectiva de residuos incluyendo la materia orgánica.

Por otra lado, es realmente contradictorio que el Gobierno vasco esté permitiendo la incineración de residuos en cementeras, bajo el seudónimo de Combustibles Derivados de Residuos, que incluyen residuos tóxicos y peligrosos, con sus consecuentes emisiones tóxicas a la atmósfera.

El Plan apuesta por realizar estudios económicos del «ciclo de vida» de los materiales que incluyan la externalidades ambientales que produce su extracción, manufactura, transporte y disposición final, para poder valorar realmente los impactos producidos en el medio ambiente.

Prevenir la generación de residuos, reutilizar, reciclar y compostar disminuye el consumo de energía porque evita los procesos de extracción, transporte y procesamiento de materia prima virgen, necesarios para reemplazar los materiales que se derrochan en incineradoras y vertederos. Dado que se usa menos energía, se utilizan menos combustibles fósiles, por lo que disminuyen las emisiones de gases de efecto invernadero que están provocando el cambio climático.

Estamos a tiempo de evitar que la incineración irrumpa en Gipuzkoa. Por responsabilidad.

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